Multitudinario adiós al periodista Enrique Beotas, fallecido en el accidente de Santiago

Poco a poco se suceden los últimos adioses a las 79 víctimas del accidente de tren de Santiago. 

En la parroquia Sagrados Corazones de Madrid se ofició el funeral del conocido periodista Enrique Beotas, de 58 años. Aunque había nacido en Ávila se sentía gallego de adopción y se dirigía a vivir un año más las fiestas patronales de Santiago de Compostela.

Familiares, amigos y compañeros de profesión se acercaron hasta la iglesia para darle el último adiós a este periodista que llevaba 17 años al frente del programa radiofónico 'La rebotica' y que, entre otras cosas, fue jefe de prensa del expresidente de la Xunta Manuel Fraga.

Entre los rostros conocidos que acudieron se encontraba Marina Castaño, quien hacía su primera aparición pública desde su boda con Enrique Puras, que tuvo lugar el pasado mes de junio.

Paloma Segrelles llegó acompañada de su marido, el prestigioso abogado Francisco Segrelles, de quien ha 'adoptado' el apellido.

El matrimonio formado por la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada y el periodista Pedro J. Ramírez también acudieron a la misa.

El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, se desplazó hasta Madrid para rendir homenaje al periodista.

La ministra de Fomento Ana Pastor también estuvo presente en la misa.

El periodista José María García fue uno de los compañeros del fallecido que acudió al funeral.

El político José María Álvarez del Manzano, exalcalde de Madrid, fue otro de los rostros conocidos que se acercó hasta la parroquia Sagrados Corazones.

El periodista Enric Sopena también quiso rendir homenaje a su compañero de profesión.

El empresario Enrique Cornejo acudió con su pareja, Mamen Díaz, a la misa.

El médico Bartolomé Beltrán también se acercó hasta la madrileña parroquia donde tuvo lugar el funeral.

Mientras numerosos rostros conocidos despedían al periodista, se descubrían los datos que guardaban la cajas negras del tren que descarriló en una curva en la localidad de Angrois.

Ahora se ha sabido que minutos antes del accidente el maquinista Francisco José Garzón -en imagen quedando en libertad con cargos- recibió una llamada telefónica de un miembro de Renfe, lo que podría haber hecho que se pusiese a mirar algunos papeles o un mapa y se despistase.

Lo que sí se ha sabido seguro es que en el momento del descarrilamiento, el tren circulaba a 192 km/h, cuando dicho tramo tiene una velocidad máxima fijada en 80.

Al darse cuenta el maquinista que estaba llegando a la curva A Grandeira a una velocidad elevada activó el freno; sin embargo, sólo pudo rebajar la velocidad a 153 km/h.

El propio maquinista ha contado ante el juez y el fiscal en una declaración escalofriante que cuando activó los mecanismos del freno ya era tarde. ''No estoy loco para no frenar'', ha dicho.

ESCUCHA LA DECLARACIÓN DEL MAQUINISTA DEL TREN DESCARRILADO EN SANTIAGO ANTE EL JUEZ