Para divulgar el valor de la dieta mediterránea y la importancia de comer saludable, se presentó el Barómetro Carbonell de Comida Casera. Según el estudio, tras el aceite de oliva como principal ingrediente de nuestra dieta, le siguen las frutas y verduras, el jamón y el vino. Xavier Medina, antropólogo de la Alimentación en la Universitat Oberta de Catalunya y colaborador del estudio, comenta que “cada vez tenemos menos tiempo y menos ganas de cocinar en casa. Además, la industria alimentaria nos da soluciones rápidas, que nos evitan el trabajo de cocinar.”
Los platos caseros están presentes en un 86% de las comidas y cenas, mientras los precocinados van en aumento: los snacks y picoteos están en el 35% de las comidas; y los preparados, en un 10%. En cuanto al tiempo, invertimos casi 4 horas y media semanales a cocinar.
Otro dato es que 8 de cada 10 opinan que algunas recetas tradicionales podrían perderse si no las protegemos, por ejemplo, usando ingredientes frescos (verduras o pescado).
Así comemos en el trabajo
Del barómetro se desprende que el 28% de los adultos hace su almuerzo en la mesa solos, sin compañía; el 10% lo hace junto con compañeros y compañeras de trabajo; y el 8% come sentado en su puesto de trabajo. Tan sólo el 3% come de pie algo rápido.
Nos ponemos el delantal…
Según el estudio sobre los hábitos de alimentación, un 64% de mujeres cocina, frente a un 58% de hombres. Además, el 61% de media (mujeres y hombres) reconoce que la principal motivación para ponerse el delantal es que los platos son más saludables si se cocinan en casa.
La tortilla de patata, nuestro plato favorito
Nuestra cultura de la dieta mediterránea deja mucha huella en la mesa tradicional. En el ránking de recetas preferidas, la tortilla de patata sigue siendo la estrella de la cocina (escogida por un 42% de los encuestados). Le siguen la paella (un 35%), los huevos con patatas (un 24%), el pollo asado (un 21%) y las lentejas (un 21%).