Por encima de los 26º la calidad del sueño disminuye y es complicado dormir. Al calor se une la relajación de las rutinas habituales en los horarios y en las comidas. Todos los factores influyen y pueden causar el insomnio de verano. El insomnio nos afecta cuando tardamos más de media hora en dormir y si tenemos despertares de más de 30 minutos. Hay que recordar que existe una relación entre exposición a la luz solar, temperatura y melatonina.
La melatonina es vital
Para dormir bien en verano conviene que no desajustemos mucho nuestros hábitos de ir a dormir y levantarnos. La temperatura de nuestro cuerpo es vital, ya que regula la melatonina (conocida como la hormona del sueño). A menor temperatura corporal, mayor pico de melatonina. Es decir, de madrugada, cuando el mercurio marca las mínimas y nuestra temperatura corporal está en el mínimo, liberamos más melanonina. Nuestro sueño es profundo e intenso.
Otros factores que interfieren en el descanso nocturno y que pueden generar un estado de vigilia son: el exceso de ruido, las preocupaciones y, en ocasiones, el temor a no dormir. El miedo al insomnio provoca que nos activemos, tanto desde el punto de vista emocional, como físico y psicológico.
Prepara el dormitorio para lograr más confort
Es importante preparar el dormitorio para que esté fresco. Ventila con las ventanas abiertas a primera hora de la mañana. Durante el resto del día, mantén la habitación con las ventanas cerradas y las persianas bajadas, con el objetivo de aislar el espacio del calor. El mercado ofrece soluciones para enfriar el ambiente de todo tipo de habitaciones según sus dimensiones: desde ventiladores, torres de frío, aire acondicionado, climatizador. Si optas por el aire acondicionado, utiliza la función noche.
Cenas más frescas: ensaladas y cremas frías
Una cena ligera a base de ensaladas (verduras, hortalizas, aceitunas, atún, huevo…) o cremas frías, favorecen la digestión y el buen descanso por la noche. También son recomendables las proteínas, como pescado o aves (pollo o pavo). Recuerda que conviene evitar bebidas que pueden interferir en el sueño, como café o té. También, refrescos de cola, alcohol y tabaco.