El principal problema de estas personas es que no saben distinguir entre lo posible y lo probable, de tal forma que les puede preocupar con igual intensidad, y al mismo tiempo, perder su trabajo, arruinarse, enfermar o que se estrelle el avión en el que viaja hoy cualquiera de sus familiares, con independencia del riesgo real y de las circunstancias.
La peor parte de este tipo de ansiedad es la multitud de síntomas y consecuencias que puede acarrear para la salud. Hay que tener en cuenta que el miedo y la preocupación siempre provocan malestar, pero en circunstancias normales ese malestar tan sólo aparece ante la causa que lo provoca, mientras que en tu caso las causas pueden ser tantas como riesgos imaginables, haciendo de la ansiedad un estado permanente que te desgasta física y psíquicamente.
Síntomas más frecuentes
Si padeces tres de estos síntomas, durante al menos seis meses, es señal de que tienes un estado de ansiedad: agotamiento físico, dificultades de concentración, malestar general, frustración, dolores musculares, trastornos del sueño, molestias digestivas, cefaleas, taquicardias...