Vida sana: grasas sí, pero de las buenas

Son imprescindibles para el organismo pero un exceso de las más perjudiciales provoca enfermedades y obesidad. Conócelas bien.

¿Sabías que las grasas son el nutriente que más energía aporta al organismo? El 30% de las calorías totales de la dieta deben provenir de la grasa, ya que una dieta pobre en este nutriente provoca deficiencia de ácidos grasos esenciales, y con ello problemas de crecimiento o lesiones cutáneas, entre otras consecuencias.

Líquidas y sólidas. Sin embargo, un exceso de grasa provoca obesidad, diabetes, cáncer, colesterol, tensión alta, trastornos circulatorios..., además de un estado de fatiga crónica. ¿Cómo quitarse la grasa acumulada de más para alcanzar tu justo peso mientras cuidas tu alimentación y aportas los nutrientes necesarios al organismo? Muy sencillo, lo importante es distinguir entre las grasas buenas y las malas. Te lo contamos.

Las grasas insaturadas están líquidas a temperatura ambiente y son buenas porque controlan los niveles de colesterol. Entre ellas se encuentran las grasas monoinsaturadas y las poliinsaturadas. Las primeras se espesan algo al enfriarse y las segundas siguen siendo líquidas al enfriarse. Habitualmente son de origen vegetal, aunque también están en los pescados azules, muy beneficiosos.

Las grasas saturadas son de origen animal y sólidas a temperatura ambiente. Resultan las más peligrosas ya que provocan enfermedades coronarias y obesidad. Entre ellas están las carnes rojas y el embutido.

Tampoco hay que quitárselas del todo pero sí reducir su consumo. La clave está en una alimentación sana, adaptada al ritmo de vida y donde abunden frutas, verduras y carnes blancas. Además, en el mercado hay productos hechos de chitosán, una fibra procedente de plantas que capta las grasas y evita su asimilación.

Reduce la ingesta de grasas perjudiciales para el organismo con estos consejos:

•Para conservar el sabor disminuyendo la grasa, utiliza los siguientes sistemas a la hora de cocinar: hervir, parrilla, cocina al vapor o microondas, horno, grill, wok y sartenes antiadherentes (cocina con spray vegetal o untando con un pincel el alimento).

•A la hora de sofreír, hazlo en su propio jugo.

•Comienza tus comidas con un plato de vegetales verdes crudos.

•Adereza con aceite en pulverizador o limón.

•Retira la grasa de la comida, en especial de guisos y caldos, y cocina sin piel las carnes.

•Si vas a tomar patatas de acompañamiento, que sean cocidas en vez de fritas.

•Evita aquellos alimentos que te tienten a seguir comiendo, muchos de ellos ricos en grasas perjudiciales.

•Observa las etiquetas de los alimentos.

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