Sol, modo de empleo

La precaución es fundamental. Descubre cómo debes tomar el sol y sacarle el máximo partido sin que tu salud corra ningún riesgo.

Los dermatólogos sostienen que, cuanto menos sol, mejor para la piel. Aunque el sol también nos proporciona beneficios, como parte fundamental para la producción y asimilación de vitamina D, si se toma con moderación. Recuerda que la piel guarda memoria de las radiaciones nocivas. Se calcula que una de cada 90 personas va a tener un riesgo fundado de padecer cáncer cutáneo. De todos los cánceres de piel, que suelen ser benignos, el melanoma es el que más preocupa, ya que, no sólo es capaz de provocar metástasis, sino que puede desarrollarla a una gran velocidad.

Pero también el sol tiene una gran parte positiva. Nos pone de mejor humor. Con el sol, la glándula epífisis, situada en el cerebro, segrega serotonina, la hormona del optimismo de vivir y la alegría. Otro de sus beneficios es el papel preventivo de las radiaciones ultravioleta en la síntesis de vitamina D. Nosotros disponemos de una “provitamina” y es el sol el que la convierte en auténtica vitamina D, que nos sirve para fijar el calcio de los huesos.

Especial cuidado...
- Si tienes la piel dañada por el sol, con manchas o lunares.
- Si se han padecido tres o más quemaduras solares con ampollas antes de los 20 años.
- Los niños y las embarazadas.  Deben extremar la protección con crema, evitar estar expuestos en las horas centrales y tener siempre la cabeza cubierta.
- Las personas de pelo claro, rubio o pelirrojo.

Cuida tus ojos

Los rayos ultravioletas pueden afectar al ojo produciendo fotoqueratitis y fotoconjuntivitis cuando la radiación no es muy intensa. Y, en casos extremos, se pueden dañar definitivamente las células de la conjuntiva e incluso provocar una catarata.

Hay que usar gafas que filtren las radiaciones ultravioleta. Elige unas con garantía, ya que, de lo contrario, puede resultar más nocivo incluso que no llevarlas.

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