Si tienes que negociar o discutir, hazlo, pero recuerda los siguientes puntos:
Busca el momento adecuado. A solas y con tranquilidad. En un clima relajado es más fácil llegar a un acuerdo que si discutes cuando apenas hay tiempo para pensar.
Céntrate en el problema. Si quieres llegar a un acuerdo con tu pareja, no te enfrentes a ella sino al problema y tampoco lo mezcles con otros asuntos. Evita ironías.
No te guardes nada. Callar no es bueno porque la tensión o la frustración pueden hacerte estallar de forma violenta.
Párate a pensar. La mayoría de las veces las discusiones se repiten por temas parecidos y respuestas similares de los dos. Rompe el círculo y esforzaos por fomentar la empatía. Si os pusierais el uno en el lugar del otro sería más fácil entenderos.
Recuerda con quien estás hablando
La clave para encontrar soluciones a cualquier conflicto es recordar que frente a ti no hay un desconcido sino la persona que amas. Si consigues mantener vivos tus sentimientos mientras discutes no hay nada que temer, demuéstralo, coge su mano mientras expresas tus desacuerdos y no olvidéis con quién estáis hablando.
Mejorar la relación
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