Cristina, 'condenada' por llevar complementos que cuestan 3.450 euros

Este 11 de febrero, la Infanta y su marido, Iñaki, llegaban a una nueva sesión del juicio por el Caso Nóos. Doña Cristina llegaba con el mismo bolso y el mismo reloj que ha creado polémica debido a su coste económico.

La tensión ese día estaba asegurada ya que declaraba Jaume Matas, expresidente del Gobierno Balear, y cabía esperar que pudiera implicar a la Corona en la trama de caso. Matas, por su parte, negó que el entonces rey, don Juan Carlos, intercediera ante él por su yerno, Iñaki Urdangarín.

Cristina y su paso por el juzgado sigue creando mucha polémica por los complementos elegidos para completar su look.

Se trataba de un bolso de la firma Bottega Veneta valorado en 1.350 euros; y un reloj BR 123 Original Beige, cuyo precio es de 2.100.

La pareja llega siempre tranquila hasta la puerta de la vista, algo que también ha creado polémica ya que es una zona de seguridad donde no se permite acceder a otros implicados ni siquiera parar a los taxis.

Aunque en principio estaba previsto que la Infanta fuera de las últimas en declarar, alrededor del 26 de febrero, su testimonio se ha adelantado al 19 de febrero por cuestiones relacionadas con los abogados.

Iñaki declarará el 24 de febrero. Pese a que el matrimonio llega junto, en la sala evitan mirarse. Doña Cristina es, además, la única de los acusados que no cruza las piernas. Además, suelen tomar notas y mantener la mirada al frente casi siempre.

La infanta Cristina mantiene la tranquilidad pese la situación y salía el martes 9 de febrero tranquila de la Audiencia Provincial de Palma acompañada de su marido, Iñaki Urdangarín. 

Desde el primer momeno se notaba que no estaba tan tensa como en otros días, pero ha sorprendido mucho que a la salida de esta jornada en el juicio del 'Caso Nóos', se mostrara sonriente, al igual que su esposo.

Parecía al inicio del día que Cristina iba a volver a pasar otro trance difícil al sentarse de nuevo en una de las 18 sillas de los acusados habilitadas para el juicio oral del Caso Nóos que ha arrancado este 9 de febrero en Palma. Pero su cara al llegar al juicio ya transmitía que algo había cambiado, estaba más relajada.

Comenzaban las declaraciones de todos los implicados aunque eso no le hace librarse de tener que estar en las sesiones del juicio todos los días.

Las vistas tienen lugar de martes a viernes, lo que obligará a la hija de don Juan Carlos a instalarse en Mallorca se tiempo. También su marido, Iñaki Urdangarín, está entre los acusados, así que los dos tienen que permanecer fuera de su casa en este tiempo.

Sus hijos, por tanto, seguirán con su vida y sus estudios en Ginebra al cuidado de algún familiar. La madre de Iñaki pasa mucho tiempo con sus nietos así que no sería extraño que se ocupara de ellos también estas semanas. Y tampoco se descarta la presencia de doña Sofía.

Doña Cristina tiene gesto tranquilo, pese a la situación. Lo que más le duele es estar separada de su hijos. En el tiempo que pasará en Palma es posible que se aloje en la casa de algún amigo como Rosario Nadal.

Está acusada de colaboradora en dos delitos fiscales y se pide para ella una condena de ocho años de cárcel.

La situación se torna cada vez más negra alrededor de la Infanta que ha visto cómo finalmente no se ha aplicado la doctrina Botín y ha terminado sentada en el baquillo.

La Infanta viajó a Barcelona la semana anterior al juicio para hablar con los responsables de la Fundación La Caixa donde trabaja. Su intención es abordar cómo puede repercutir su paso por el juzgado en su trabajo.

También pasó por Madrid para ver a sus familiares. La situación no es fácil y son muchos los que esperan que ella renuncie voluntariamente a su título, algo que no parece dispuesta a hacer.

Iñaki Urdangarín, que llegó al lado de su mujer, lo tiene todavía más díficil que la Infanta. El exduque de Palma se enfrenta a una petición de 19 años y medio de cárcel por desviar seis millones de dinero público.

Durante la sesión, Iñaki está sentado al lado de su exsocio Diego Torres.

El fiscal Pedro Horrach a su llegada al juicio, acudió al juicio. Él considera que la Infanta no debería estar en el banquillo y habla de la falta de legitimidad a Manos Limpias, la única que ejerce la acusación contra doña Cristina.

Mario Pascual Vives, el abogado de Iñaki, sí estuvo en la vista del 9 de febrero, donde se escuchaba el testimonio y declaraciones de los implicados que habían llegado a un pacto en el juicio.

La Infanta estaba seria pero no parecía angustiada. Llevaba un ligero maquillaje y eligió el color negor para su ropa.

Mientras su hermana estaba en el juicio, el martes 9 de febrero el Rey viajaba hasta la base aérea de Alcantarilla, Murcia. Allí ha visitado la Escuela Militar de Paracaidismo 'Méndez Parada'. El monarca ha tenido durante toda la visita un semblante muy serio.

Es el primer acto del Felipe VI fuera del Palacio de la Zarzuela en el último mes.