Hace casi un año que su esposo, el emir Hamad Ben Jasem Al-Jalifa, abdicaba por sorpresa a los 61 años en favor en favor de su segundo hijo, el príncipe Tamim bin Hamad al Zani, y desde entonces la jequesa Mozah Bint Nasser, su madre, se había mantenido en un discreto segundo plano.
Considerada una de las mujeres más elegantes y glamurosas del mundo, Mozah ha reaparecido en Tokio, durante una visita a Japón en la que se reunía en primer lugar con el Primer Ministro japonés, Shinzo Abe, y posteriormente era recibida por los emperadores Akihito y Michiko, a quien saludaba con mucho cariño aunque todos muy correctos en debido cumplimiento del férreo protocolo.
La llegada al trono de Catar del hijo de la hasta entonces jequesa ha supuesto que su siempre ajetreada y extensa agenda se ha visto reducida considerablemente, puesto que parte de las funciones de representación que ostentaba anteriormente han sido traspasadas a sus nueras. El actual jeque de Catar, su hijo, cuenta dos esposas con las que tiene cinco hijos.
Para la visita a los emperadores de Japón, Mozah optaba por un elegante vestido túnica de color turquesa de raso de inspiración oriental pues tenía un aire a kimono, un guiño al país que visitaba, a juego con el tradicional turbante en la cabeza. Completaba su estilismo con pumps nude.