El rey Harald de Noruega aprende a vivir en la selva con los yanomamis

Era el sueño de su vida y a sus 76 años lo ha hecho realidad. El monarca noruego estuvo cuatro días a finales de abril conviviendo con una tribu de indios yanomamis en un poblado del Amazonas del norte de Brasil.  "Ha sido algo verdaderamente fascinante", dijo Harald.

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Era el sueño de su vida y a sus 76 años lo ha hecho realidad. El monarca noruego estuvo cuatro días a finales de abril conviviendo con una tribu de indios yanomamis en un poblado del Amazonas del norte de Brasil.  "Ha sido algo verdaderamente fascinante", dijo Harald.

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Nunca es tarde para materializar un sueño

Nunca es tarde para intentar que un sueño se haga realidad. Así lo pudo comprobar el rey Harald V de Noruega que han conseguido que se haga realidad la ilusión de toda su vida: pasar unos días en plena selva del Amazonas en Brasil.

Fotos: Cortesía Casa Real de Noruega vía Rainforest Foundation Norway / ISA Brazil

 

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Llegó en una pequeña avioneta a la selva amazónica

Tras aterrizar con una pequeña avioneta en medio de una explanada de hierba, el rey es recibido por un representante de la tribu de los indios yanomamis, también llamados yanomamos, que viven en plena selva amazónica brasileña y venezolana.

 

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45 minutos andando hasta el poblado yanomami

Después de casi 45 minutos andando, el rey y sus acompañantes llegan al poblado Demini, donde son recibidos por Daví Kopenawa, jefe de la tribu y portavoz internacional de los yanomami.

 

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Un enorme árbol señala la entrada

En la foto se puede ver el enorme árbol que marca la entrada al poblado. El tronco ha sido decorado de esta manera, porque en el otoño del 2012 los yanomamos celebraron el 20 aniversario de tener su propio territorio.

 

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Primer sueñecito en una hamaca

En la cabaña circular de Demini, el rey Harald durmió por primera vez en una hamaca.  staba colgada bajo el mismo techo de la sala donde duermen los 120 habitantes del poblado.

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Escuchando al curandero Lorival

El rey Harald de Noruega y su acompañante Dag Hareide, líder de la Fundación Selva Tropical, escuchan atentamente las explicaciones del curandero Lorival, que les cuenta la historia de los yanomani y su forma de vida.

 

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Comidas a base de harina de yuca

Harald de Noruega comió durante los 4 días la misma comida que los yanomani. En la foto el rey contempla como se hace harina de la raíz de mandioca, también llamada yuca, en una enorme cazuela.

 

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Interesante intercambio de experiencias

El rey Harald de Noruega conversa, a través de un intérprete, con el rey o jefe del poblado Daví Kopenawa. Ambos intercambian experiencias e historias de sus respectivas culturas.

 

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Los mejores guías del mundo en la selva

Los yanomamos conocen la selva como la palma de su mano. El rey Harald no podía tener mejores guías en las excursiones fuera del poblado Demini.

 

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Cazar tan hábilmente no es tarea fácil

Los mejores cazadores mostraron al rey Harald sus habilidades imitadoras para poder cazar animales en la selva como monos,  jaguares, jabalíes o aves.

 

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El líder Kopenawa pinta la cara del rey

El líder de los yanomamos, Daví Kopenawa, pinta la cara del rey Harald con colores obtenidos de las semillas del achiote o bixina, para mostrar al resto del poblado que Harald de Noruega ya es uno de ellos.

 

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Las enseñanzas de la supervivencia más básica

Davi Kopenawa explica a Harald de Noruega cómo se caza y se consiguen la comida en la selva.

 

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El brazalete del rey con plumas de guacamayo

Antes de la despedida, el líder de los yanomamos Daví Kopenawa le pone al rey Harald el distintivo de su rango de rey. Es un brazalete amarillo en el que se sujetan las plumas de guacamayos ara, todo un símbolo de honor.

 

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Una despedida de rey a rey

Los dos reyes, adornados con sus respectivos brazaletes de plumas de guacamayos ara, se despiden tras una visita de cuatro días.

 

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La avioneta captó la atención de los indígenas

Toda la tribu acompaña al rey Harald hasta la avioneta que le llevará de vuelta a Boa Vista y después a Noruega. En la foto se puede observar que esta vez están más interesados en el avión que en el monarca noruego.

 

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