Elsa Pataky se planta y no tendrá no más hijos

Pero tendrás el gusanillo...

Sí, pero hago cositas, pero que no me suponga tanto tiempo. Creo que mis hijos me lo agradecerán el día de mañana.

¿No te da miedo desvincularte tanto de la profesión?

No, porque si te quieren en un proyecto sale.

Hablando de miedo, ¿no tienes miedo de tener un marido tan guapo?

Al contrario. Tengo mucha seguridad porque estamos muy bien juntos. Ninguno de los dos somos celosos,  los celos no son buenos. Acaban estropeando muchas cosas. Si una relación está basada en la confianza, no tienes la necesidad de tener celos. Nosotros estamos muy unidos y no pasamos largas temporadas separados.

¿Te apetece trabajar como actriz en España?

Siempre. Estoy buscando el momento  que me permita pasar una temporada aquí. Me salen cosas, pero ahora es difícil adaptarlo.

Parece que te estás sacrificando tú más que tu marido.

Chris tiene un buen momento profesional.

Ahora habéis trabajado juntos

Sí, ha sido estupendo trabajar juntos dos semanas.

¿Te apetece tener otro hijo?

¡No! Me planto definitivamente. Además tendría que dejar de trabajar otro tiempo más.

¿Cuál es el balance que haces de estos años con Chris?

Muy felices. Cada día estamos más unidos y nos conocemos más.

Suena a que nunca discutís

Claro que sí. Nadie es perfecto y mucho menos una pareja. Además sería aburridísimo.

¿Qué te saca de quicio de Chris?

Que no ha aprendido español. Además le doy mucha caña con eso. Somos diferentes y eso es lo bueno.

¿Sigues siendo macrobiótica?

Sí, pero es muy difícil cuando viajas.

De todas formas, con tanto niño en casa ya se adelgaza.

Pues sí. Acabas tan agotada, que termino tomándome sus restos del desayuno.

¿Cómo eres como mamá?

Chris dice que tengo que ser más rígida. Soy muy blanda. Ahora ya van llegando a una edad que hay que ponerles límites, sobre todo a los chicos.A mí me toman el pelo, por eso se los dejo a su padre.

Elsa protagoniza el número del mes de mayo de la revista ELLE, dedicado al cuidado al cuerpo y es que ella es un ejemplo de saber mimarse con cabeza y de forma sana.