¿Cómo se siente al otro lado de la barrera?
Me fascina mandar, al menos en el tipo de programas que presento, donde puedo hacer una entrevista y puedo replicar de manera inmediata al invitado, algo que no puedes hacer cuando hay cinco colaboradores más.
¿El poder es adictivo?
El poder engancha, lo que no impide que, después, cuando vuelve Jorge Javier, yo regrese a mi sitio natural. Pero cuesta, seguramente porque me han permitido marcar mi propia línea editorial y eso es muy gratificante.
¿Reconoce que sin atacar la gente cuenta más cosas?
Eso es cierto, si atacas se ponen a la defensiva, pero en televisión prima el espectáculo.
¿Algún personaje se le ha resistido?
Una persona que es simpática, educada, agradable, pero que la miro y no la encuentro, me refiero a Ivonne Reyes. Nunca he sabido si sufre, es feliz, qué siente, si padece o no.
¿La clave está en el relato de su maternidad?
Yo he tenido dudas porque no la he visto clara en estos años, y porque siempre ha llevado el proceso de cara a los medios. Sobre quién es el padre de su hijo no me cabe ninguna duda, porque así lo ha dictaminado el Tribunal Supremo. Reconozco que es un tema muy complejo. Culpa de Pepe Navarro por no hacerse la prueba de paternidad, lo que nos ha descentrado a los periodistas.
Incomprensible en un asunto tan serio.
Sí, por sus cambios de opinión, y porque creo que detrás de todo esto hay una venganza contra Ivonne o algo que desconocemos, y que es donde está la verdad de esta historia.
¿Sigue creyendo que no hay que simpatizar con los famosos?
Sí, pero no es fácil. Cuando empiezas sí te puedes mantener alejada pero con el paso del tiempo no, porque tenemos nuestras debilidades, incluso con gente que no es íntima.