La entrevista
Siete años sin grabar es mucho tiempo cuando se tienen unas cualidades como las de María del Monte, que borda las sevillanas. En su último disco, “Cómo te echo de menos”, esta mujer de simpatía arrolladora y fuerte personalidad interpreta once sevillanas y una rumba.
-¿A quién echa de menos María del Monte?
-A la gente que no está conmigo, por ejemplo a mi padre, que era lo más importante y grande de mi vida. Dicen que, mientras lo eche de menos, no voy a olvidarlo nunca.
-¿Es la razón por la que desde su muerte no ha grabado ningún disco?
-No lo he grabado por cobarde, porque no era capaz de enfrentarme a esa situación, porque, cuando pierdes a alguien a quien quieres mucho y pasas la primera Navidad, el primer cumpleaños, todo se te hace demasiado cuesta arriba.
-Una pérdida tan grande es difícil de superar.
-Mucho. Lo vas superando, claro está, pero, cuando me proponían grabar, me daba una ansiedad tremenda. Él era mi mayor cómplice, quien me decía que podía hacerlo mejor. La relación que yo tenía con él era muy estrecha. La mente es una cosa muy compleja. Hay cosas que no sabes por qué te pasan, pero el caso es que te pasan.
-¿Podríamos decir entonces que la muerte de su padre la bloqueó?
-Sí, y cuando estaba grabando este disco hubo una tarde que casi abandono.