Una piel joven para siempre
Con el frío la piel necesita que la reconfortes con pequeños mimos que debes convertir en algo cotidiano, en especial si la edad, la exposición solar o el embarazo le están pasando factura.
Hasta los 30 años basta con hidratar la piel pero a partir de los 40 es necesario también nutrirla y a partir de los 50, reafirmarla.
Escamas y durezas, pequeñas arrugas en el escote, ondulaciones en la cara interna de los muslos y los brazos... se deben a cambios en el colágeno y la eslastina.
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