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Cristóbal regresa en busca de explicaciones y amenaza a Rodolfo con denunciarlo por traicionar la voluntad de su difunta madre. “Si me acusas, haré público que colaboras con los anarquistas”, replica este.
Una vez más, Soledad aprovecha la situación para malmeter y todavía aturdida por el beso que se dieron la noche anterior, promete a Montaner no volver a caer en la tentación.
Elisa podría estar en peligro
Decidida a recobrar su vida, Marina acude a su puesto de trabajo en el hospital. Celia teme que actúe contra Elisa o Aurora y recurre a su tío.
Adela se vuelca en Camino
Adela se siente culpable de la agresión que ha sufrido Camino y la acoge en su casa. El padre Julián le ayuda y entre ambos surge algo más que amistad…
Las amenazas de Marina tienen aterrada a Aurora y Celia y don Ricardo se alían para lograr que vuelva a prisión. Ante la negativa del juez a dejarse sobornar, a la Silva se le ocurre buscar un testigo falso y piensa en Benjamín.
Rodolfo sufre la extorsión de una prostituta llamada Dorisa, mientras Blanca rechaza a Emilio y le pide que se comporte como un simple amigo.
En el hospital, Ciro es intervenido y Elisa no se separa de su cama en toda la noche. Don Ricardo recibe una llamada del convento para informarle de que su hija no ha llegado y esta se replantea seriamente su vocación.
Por su parte, Diana propicia una relación clandestina entre Salvador y Soledad sin darse cuenta. Cuando recibe una carta de la tía Adolfina desde Londres, Silva ve la ocasión perfecta para poner tierra de por medio y acompañarla en su operación.
Emilio siente que sus planes empiezan a funcionar cuando Blanca sorprende a Rodolfo con Dorisa, con quien se ha citado para darle dinero a cambio de su silencio, y piensa que son amantes.
Camino propicia que Adela pose como modelo para el padre Julián al darse cuenta de la atracción que tienen.
“Estoy enamorado de ti”, acaba confesando él en un alarde de sinceridad y la ella le corresponde con un beso.
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