“¡Aléjate de mi hermana!”

Pasada la Navidad, la normalidad regresa al barrio. Henar está arrepentida de haber rechazado la propuesta de Jaime de acompañarlo a la boda de su hermana, pero considera que no sería bienvenida.

Al comentárselo a María, esta se enfada. “¿Cuándo vas a dejar de pensar en los demás y hacer lo que te apetece?”, le pregunta en tono duro.

Juanma, el amigo de Rafael recién llegado a la plaza, confiesa a Gonzalo que es homosexual pero que mantiene un compromiso con una mujer a modo de tapadera. “Ni mi familia ni la sociedad lo entenderían”, justifica.

Convencido de que Benito es un genio de la escultura y que puede ganar, Bruno envía una de sus figuritas de ajedrez a un concurso de tallas, hecho que solo sabe Argimiro.

Benito, ajeno a lo que ha hecho el pequeño de los Novoa, ha encontrado en el chico un amigo, ahora que pasa por una etapa en la que se encuentra inútil.

Agobiado por las deudas del juego, Quintero parece dispuesto a entregar a Ana María la carta que inculpa a Marta en el fraude de las patentes.

La marquesa se emociona y se la muestra a su hijo, sin imaginar que en realidad se trata de una broma por el Día de los Inocentes y que el abogado nunca traicionaría a su mejor cliente: Félix Novoa.

Mientras tanto, Alonso sigue muy afectado por la infidelidad de su prometida, a quien exige explicaciones. “Desaparezco unos días. Necesito pensar”, dice a Marta, que decide continuar con los preparativos de una boda donde no sabe si habrá novio.

A solas en las taquillas de la fábrica, Maroto trata de convencer a Alba de que tiene que seguir ayudándole con la “causa comunista”.

Jaime llega a la fábrica y encuentra a Maroto hablando con Alba en las taquillas. Este acercamiento le incomoda y, sin dar explicaciones, se abalanza sobre el capataz: “¡Aléjate de mi hermana! La estás utilizando para tus intereses”.

Sin dejarla ni hablar, Jaime aparta violentamente al capataz y lo golpea contra las taquillas. Mientras, Alba intenta separarlos y por suerte llega también Henar.

Cuando logra desprenderse de Jaime, el capataz asegura que le denunciará y que los golpes que ha recibido le serviránd de prueba.

Los gritos alertan a Félix, que aparece y se lleva a su hijo al despacho: “¿Pero qué significa esto? Sal de aquí inmediatamente”.

Ya a solas, el patriarca de los Novoa habla con su hijo muy seriamente: “¿Crees que está es manera de resolver las cosas? Acabarás en prisión”.

Como se veía venir, Alba es conducida a comisaría para interrogarla. Por suerte, Nuria logra liberarla sin que sus padres se enteren, gesto que Jaime le agradece. Esa noche, Marta se derrumba a los pies de la cama de su hermana pequeña, apenada tanto por ella como por su dura situación personal.

Por su parte, Martín Pallarés se encuentra cada día más a gusto con Nuria y le revela que su amiga Alba está siendo investigada por la policía “por su vinculación al comunismo y su participación en asambleas universitarias”.

Con una estrategia poco lícita, Quintero ha conseguido saldar su deuda con Yuste sin tener que vender el bufete. No obstante, el abogado es consciente de que  esto no significa el fin de sus problemas.

Ajena a los líos de su primogénita, Rosalía habla con Félix y le propone no enviar a Bruno al internado. “Alejarlo de nosotros no es la solución. Busquemos un castigo constructivo”, asegura. Pronto, la conversación del matrimonio cambia de rumbo pues Jaime les confirma que irá al enlace de su hermana con Henar.

Henar espera la visita de su tía Fuen y Benigna, Benito y Pelayo creen que será una anciana casi incapacitada. Su sorpresa será mayúscula al encontrarse con una elegante señora, alegre y con una energía desbordante.

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