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El abogado anuncia a Consuelo que está dispuesto a abandonar la vivienda siempre y cuando le permita hablar antes con Celia pero su suegra se niega.
Los guardias se personan en Acacias y Ramón se ve obligado a intervenir para que la situación no pase a mayores. “Es mejor que desalojes la casa por las buenas”, convence a su amigo.
Después de la reunión del patronato, unos fanáticos lanzan piedras contra la casa de Cayetana y Odón de Buen resulta herido. Fernando y Teresa no dudan en enfrentarse a ellos y denuncian la agresión del profesor.
No es el único problema de la señora ya que Úrsula la presiona para que se deshaga de Fabiana.
Mientras que Liberto y Rosina deciden irse unos días de vacaciones tras la tensión vivida por el duelo...
... Elvira intenta acercarse a su padre, pero este le rechaza.
Para colmo de males, Simón se despide de ella ya que el coronel le ha pedido que vaya a atender al embajador turco.
A pesar de que Felipe se ha instalado con los Palacios, las discusiones con Consuelo no cesan.
“Lo que te duele es perder tu posición social y no a Celia”, le reprocha ella.
Cansado de esta situación, el abogado toma la determinación de irse a una pensión justo cuando Verdejo regresa de manera inesperada al barrio.
Mauro se mantiene firme en su decisión de no estar con Teresa hasta que se aleje de Sotelo-Ruz y le pide que se case con Fernando.
Más tarde, la pareja ultima los preparativos para la fiesta previa a su boda y envían las invitaciones a los vecinos.
Cayetana se muestra entusiasmada y tras darles su bendición, regala a Sierra el vestido de novia.
Sin embargo, una vez a solas confiesa a Úrsula el odio que guarda a la maestra y le explica el plan que ha ideado para vengarse de ella.
Aprovechando la ausencia de Simón, Susana se hace con las pertencias que guarda en el altillo y las quema.
Pasadas unas horas, la sastra recibe una desagradable noticia cuando Liberto y Rosina regresan de su viaje. “Nos hemos casado”, afirman.
Por casualidad, Mauro se reencuentra con una chica de su pasado y cuando esta intenta besarlo, el inspector se aparta. “No estoy preparado para estar con ninguna mujer”, se disculpa.
Donde sí tiene más éxito es en el terreno profesional ya que consigue el nombre de una persona clave para el indulto de Cayetana: el secretario Giner.
Felipe declara su amor a Celia, pero ella lo humilla. De vuelta a casa, ella duda si ha sido demasiado dura con él y Consuelo le ruega que sea fuerta y no dé marcha atrás.
También Huertas quiere separar definitivamente al matrimonio y le pide a la mujer que vaya al día siguiente a la pensión: “Voy a demostrarle quién es realmente su marido”.
Fernando y Teresa dan una clase a los niños y se fijan en el pequeño Tirso, que tiene problemas de visión. La pareja conversa con él y Mondragón promete que lo llevará al oftalmólogo.
Simón, por su parte, termina de servir al embajador turco y Valverde le agradece su labor. Cuando va al altillo a buscar la caja de sus objetos personales descubre que ha desaparecido y sospecha de Susana.
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