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La frialdad con la que se comporta Azevedo desde que regresó a Madrid hace pensar a Matilde que ha perdido a su gran amor para siempre.
Mientras, los Quintero también pasan por una crisis, pues Teresa ha descubierto los tejemanejes de su marido en el bufete. “¡Qué decepción!”, asegura.
Por su parte, Charo e Isabel optan por contarle todo a Belén, sabiendo que esto supondrá darle un disgusto y alejarla de ellas.
En la revista, Tuñón convoca una improvisada reunión. “¿Qué querrá? Nada bueno, seguro”, concluyen los redactores, que desconfían de sus intenciones.
Javier exige una explicación a Vicky con respecto a David:
“¿Puedes decirme qué sientes por él? Sé sincera, no quiero más medias tintas”. La fotógrafa afirma que su ex ya no ocupa ni un minuto de sus pensamientos.
Llanos piensa día y noche en Arturo y se propone dar ella el primer paso. Sin embargo, le cuesta mucho porque jamás se ha dejado llevar por el corazón.
Como era previsible, a Belén le resulta demasiado impactante conocer sus orígenes y culpa a su madre y a Charo de haberle arruinado la vida: “No tenéis ni idea de cómo me siento Dejadme sola, por favor”.
Con solemnidad, Guevara da una gran noticia a sus empleados: “Ernesto está totalmente recuperado y se reincorpora a su puesto como director. Agradecemos la labor de Carvajal, que pasa de nuevo a ser el redactor jefe”.
La plantilla no recibe con agrado estos cambios pues
ven peligrar sus puestos de trabajo, así como el futuro de la publicación. “No les interesa el periodismo, solo ven sus intereses”, se escucha en la redacción.
Aunque Marce ha recobrado la confianza de Manolita, teme su reacción y la de Pelayo cuando les cuente que deja El Asturiano para probar suerte en el restaurante de Santoña “Es mi oportunidad de crecer y aprender. Resultará bueno para todos”, piensa.
Teresa está tan decepcionada con Justo que se plantea seriamente si le merece la pena su matrimonio. De momento, deja de ayudarlo en el bufete.
Aunque Matilde continúa evitando a Ortega, coinciden en la puerta del King’s
Tas una fuerte discusión, él la zarandea. “¡Eres mi esposa y debes comportarte como tal!”, grita.
Casualmente, Azevedo pasa por ahí y se encara a su rival, dándole una bofetada.
“Que sea la última vez que le pones la mano encima. Eres
un sinvergüenza”, le advierte sin pensar en las consecuencias.
Consternado por su situación, Carvajal pasa la tarde bebiendo y hablando con Charo. Al verlos tan cariñosos, Arturo se percata de que su padre y la guapa gerente son más que amigos. “¡Vaya sorpresa! Podría haberme dicho
algo…”, se queja.
María vive amenazada por una supuesta información sobre ella que podría salir a la luz e Ignacio descubre que Rubén está detrás de ello. “Yo también lo pensaba”, reconoce la joven.
La defensa de Azevedo hace pensar a Matilde que pueden
volver y piensa en pedirle que la ayude con su libro, hasta que se entera de los inminente planes del profesor de irse a México.
Laura y su madre quedan con Belén para apoyarla y hacerle recapacitar: “Isabel ha sido honesta contigo y ahora está pasándolo fatal. Te adora”.
Estas palabras llegan al corazón de la joven, que se reconcilia con su madre en un emotivo encuentro.
Entre tanto, Durán descubre que alguien abrió una investigación hace años sobre la muerte de varios periodistas y todas las pistas señalan a Tuñón…
Marta se resiste a ser ama de casa y propone a Carvajal montar ellos un nuevo semanario.
La escasa comunicación de Justo y Teresa pone fin a su matrimonio. “Me voy. Nos vendrá bien separarnos un tiempo”, dice ella.
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