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Cuando ya había descartado la idea de irse con su padre,
Víctor obtiene una beca. “Si esto sale adelante, quizá vaya con él a Estados Unidos”, anuncia, ilusionada, Vicky a Carvajal. Pero antes envía a su hijo a Soria a pasar unos días.
Teresa se enfada con su hermana al enterarse de que intentó boicotear la boda, ante lo que Pía reacciona con otro chantaje emocional: “Estáis todos en mi contra. Me voy”.
Sin embargo, no logra llamar la atención de su hijo y finalmente es María quien toma cartas en el asunto.“Voy a
buscarla y resolvemos todo esto”, decide y trae a su suegra de vuelta, aunque la relación entre ellas no es tan cordial como parece.
Mientras, Manolita intenta sin éxito que Marcelino deje de desconfiar de Ignacio.
No muy lejos de allí, Javier conoce a su abuelo, que había estado oculto desde que Ortega intentó matarlo.
Ajeno a ese encuentro, el editor sigue empeñado en vengar la muerte de Vázquez. “Ya sé quién pagará por ello”, piensa.
Mientras, Durán no pierde el tiempo y revela a Matilde y Azevedo que el empresario quiso acabar con su vida.
En la librería, Benito sigue buscando una solución a la crisis, que llega ahora de la mano de Sebas. “Tengo la idea que necesitas”, le comunica cuando va a verlo con Marcelino.
Sin embargo, ni esta iniciativa ni más tarde la ayuda de Luisita llegan a reflotar el negocio, y el marido de Benigna acaba en apuros.
La hija de Manolita tiene además otra preocupación. “No consigo encontrar acompañante para tu boda y la gente pregunta”, confiesa a su hermana María cuando la ayuda con los preparativos.
Lo que no imagina es que se le avecina un problema más: por un error suyo peligra la presentación del whisky Callaghan.
En el despacho, Quintero recibe a Javier: “Han detenido a mi madre. Tienes que ayudarme”. Pero el abogado no obtiene resultados positivos. “Lo único que he conseguido es que comparta celda con Sonsoles”, anuncia al periodista.
La situación acaba desesperando y se enfrenta a su padre, culpándolo de todo lo que está pasando. La sangre no llega al río gracias a Vicky, que aparece en el último momento
después de despedirse de su hijo y evita una pelea entre ellos.
Por su parte, Durán se ofrece a esconder a Azevedo ante el riesgo de ser arrestado como Matilde.
A Ortega se le presenta otro frente. “¡Tú mataste a Marta Novoa! ¿Cómo pudiste?”, le recrimina su hija Laura al enterarse.
Más tarde, cuando conoce a su abuelo, la chica descubre los motivos de la maldad de su padre.
El hombre ha podido verse cara a cara con el anciano y aclarar las cosas. “Todas las palizas que me diste de pequeño me han convertido en el monstruo que soy”, acusa
el hombre a su progenitor.
Arturo sigue con su propósito de ganar más dinero para poder casarse y mudarse con Llanos. Mientras tanto, en la redacción se avecinan tiempos difíciles por un artículo sobre los redactores de Avance Semanal.
En El Asturiano, Marcelino idea organizar la Brocheta Party para poner a prueba a su yerno, y el chico lo sorprende aceptando la propuesta.
Lo que no imaginan es que María ha decidido adelantar la boda para neutralizar el boicot de Pía.
Tras el desplante que le hizo a Matilde, Mariola consigue que la escritora reciba visitas en la cárcel. La primera en acudir es Laura, que entrega a su madre una carta de su novio. Cerca de allí, Charo intenta que Ernesto recapacite, pero no lo logra
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