La distancia entre Polita y Audifaz crece pues él justifica de manera absurda su rechazo a Aristóteles. “Algún día me daréis la razón. ¿Cómo va a atraerle un hombre? Vive contra natura y solo estoy intentando que se dé cuenta”, dice. Esto se une a nervios y agresividad, algo que su esposa no está dispuesta a aguantar: “O aceptas al niño tal y como es o nos pierdes. Espero que cambies de actitud”.
Por otra parte, Frida nota que su cuerpo está cambiando y nadie quiere explicarle qué está pasando. Finalmente, es Blanca quien toma la batuta: “Tranquila. Se llama pubertad y es lo más normal del mundo. No estás enferma, solo haciéndote mayor”.
Robert y Julieta están superados por las deudas
Esa noche, Pancho prepara una cena romántica para Susana y le pide oficialmente ser novios. “Claro que quiero estar contigo. Me encuentro muy a gusto y feliz a tu lado”, responde ella. Aunque su perro, Hermoso, les ha llenado años del vacío de no tener hijos, Daniela y Gabriel deciden que ha llegado el momento de ser padres. “Soy consciente de que tengo un problema para ello, pero iremos al médico, o adonde sea necesario, para lograr nuestro objetivo”, asegura él.
Por si fuera poco con el rechazo de Audifaz a Ari, Polita se enfrenta cada vez a más rumores sobre una supuesta infidelidad de su marido con una chica llamada Aura: “Ahora sí que lo nuestro ha terminado. ¡Vete de casa! Quiero el divorcio”. Las deudas de Robert y Julieta están convirtiéndose en insalvables y se plantean alquilar su piso. “Podéis vivir con nosotros”, afirma Blanca, idea que no apasiona a su nuera…
También Crisanta piensa en trasladarse al edificio de los Córcega y se le ocurre que como Pancho está saliendo con Susana pueden compartir techo. “Señora. Tengo poco sitio”, intenta escurrir el bulto él.
Afortunadamente, Fernando apuesta por el bien de David y lo devuelve a sus padres adoptivos. “Gracias a Dios”, suspira Julieta abrazada al pequeño. Cuando el ex de Susana se entera de su relación se molesta, pero ella le pone en su sitio: “Limítate a ser un buen padre y déjame en paz”.