QUÉ HA PASADO
• Bahar pone fin a su compromiso con Arif.
• Enver rompe el móvil a Sirin.
Al tener enfrente a Sarp, Bahar rompe en llanto y se lanza a sus brazos. “Amor mío, perdóname”, susurra él. En ese momento, Sirin se dispone a entrar en el edificio, pero Arif se lo impide. Desesperada, la joven pide a Suat reunirse con Piril. Sin poder creer que Sarp esté a su lado, Bahar sigue hecha en mar de lágrimas. “Te contaré toda verdad, pero no ahora. Volveré pronto y os sacaré de aquí a los niños y a ti. Estáis en peligro”, dice él y la mujer se niega a dejarlo ir. Justo en ese momento, se despierta Doruk y abraza a Sarp creyendo ue está en un sueño. Bahar va a acostarlo y el hombre provecha para marcharse. Por suerte, Orhan y Cevat, los secuaces de Nezir, no están vigilando pues Arif los ha visto en la ventana y se han apartado para no levantar sospechas.
Sirin se reúne con Piril en un restaurante y le pide las fotos que se hizo con Sarp. “Olvídalo, no harás más daño”, se niega la hija de Suat. Entonces, Sirin no duda en chantajearla: No vas a tener otra opción. O me envías esas imágenes o arp sabrá que le ocultaste que Bahar y los niños estaban vivos”. Aun así, Piril no cede: “Vete al infierno. Jamás tendrás esas imágenes”.
¿La vida de Arif está en peligro?
Bahar se reúne con Yeliz, Ceyda, Hatice y Enver y les exige toda la verdad sobre Sarp. “No os perdonaré, no podéis seguir en mi vida”, afirma la mujer decepcionada. Piril, por su parte, recrimina a su esposo que cada vez esté más distante. “La verdad es que no hay nada que desee más que volver con Bahar, pero no puedo”, se sincera Sarp. Y añade: “Sirin me pidió algo a cambio de donar su médula. Cuando tú saliste de esa habitación, me hizo fotos fingiendo que hacíamos el amor”.
Finalmente, Jale da a Ceyda la oportunidad de que cuide de Bora y cuando el niño la ve llegar a su casa, se pone feliz. Cevat se reúne con Hazim y aunque niega que Sarp haya ido a Tarlabasi, sí le dice que el dueño del café sospecha de ellos. “Si es una molestia, tendrá que desaparecer”, sentencia la mano derecha de Nezir.
Esa misma noche, Enver entra a despedirse de Arif antes de irse a casa y no lo encuentra. Lo más inquietante es que su cazadora y su móvil están allí y hay un charco de sangre.