QUÉ HA PASADO
• Max se declara a Abigail.
• Helena confiesa a Renata que fue amante de Fausto.
• Toño se entera de que Julio es su padre.
Al saber que Macaria está manipulando a Abigail, Renata la confronta y le exige que se vaya de la hacienda. Sin embargo, la criada no está dispuesta y no duda en chantajearla: “Recuerda que puedo arruinarte la vida… Abigail jamás te perdonará cuando descubra todas tus mentiras”. Justo cuando Fausto celebra su victoria en las elecciones, Max llega a la hacienda y lo apunta con un arma. Acto seguido, lo obliga a montarse en su coche y lo conduce a un sitio apartado. Allí, ambos se enzarzan en una disputa y es el joven quien termina herido.
Por suerte, Lucio aparece y traslada a Max al hospital. A pesar de que Mateo consigue salvarle la vida, no tiene buenas noticias: “Sufre leucemia”. Para colmo de males, los padres del chico mueren en un accidente aéreo en Europa.
Max, que cae enfermo, se niega a alejarse de Lucio
Mateo, que espera gemelos con Diana, ve a Fausto salir del cuarto de Abigail y cree que son amantes. Ajena a esto, la chica prepara su boda con Diego y Renata la convence de viajar a la capital para comprar el ajuar.
Constanza, por su parte, está decidida a dejar el pasado atrás y visita por última vez la tumba de Bruno: “Te amé tanto que te permití todo. Fui una cobarde. Jamás podré perdonarte por el daño que le causaste a Renata”. En la iglesia, Mateo se desahoga con el padre Tomás y este le pide que no dude de Abigail. Cerca de allí, Helena está rezando cuando el comandante Barragán llega y le dice que está enamorado de ella.
Pasados unos días, Renata y Abigail llegan a Ciudad de México y se hospedan en el mismo hotel que Patricio y Mateo. De hecho, no tardan en cruzarse y mientras los mayores salen a cenar, los jóvenes se besan y están a punto de hacer el amor. Porfirio se ofrece a costear el tratamiento de Max a cambio de que se aleje de Lucio, pero el chico se niega.