“Cada año el casting es mejor. El programa es una explosión de talento y todo el mundo se divierte mucho”, asegura Antonio Orozco, que ya tiene experiencia en el talent musical y que vuelve a coincidir con Pablo López, “un gran ser humano”, en las batallas. Como debutantes, Bebe y Miguel Poveda, que se sentarán en la ‘silla pequeña’ junto a Juanes y Manuel Carrasco, “un hombre sensible que se toma muy en serio su labor”, dice Poveda de este último.
“No conocía a Juanes, pero enseguida hemos entablado una amistad y ya estamos haciendo música juntos. Estoy muy feliz y agradecida con esta experiencia”, dice Bebe, que no disimula los nervios del primer programa: “Me sentía abrumada por el nivel con que cantan y por el show”.
“Hay muchos estilos distintos y talento. No solo tienen buena voz, también transmiten muchas sensaciones y están sobrados de carisma”, añade Poveda, que se descubre como “un preguntón” de todo lo relacionado con su labor en el concurso.
La fórmula del artista flamenco como asesor es “improvisar sobre la marcha y disfrutar al máximo con la experiencia”.
Situación que ya conoce Niña Pastori, que asesoró a Rosario en la pasada edición y que ahora repite con Malú: “Somos muy buenas amigas y compartimos algo que nos gusta. Me he emocionado y enriquecido gracias al programa”.
