En España tenemos un lujo que a veces pasamos por alto: los productos del mar y de la acuicultura son de otro nivel. Nuestras costas nos regalan auténticas joyas sostenibles que, encima, no nos cuestan un ojo de la cara y son súper fáciles de cocinar. Entre las capturas frescas, las conservas top y los congelados de calidad, podemos disfrutar de un pescado y un marisco que quitan el hipo durante todo el año. La prueba más evidente es que aquí comemos una media de veinticinco kilos de pescado al año por persona, ¡mucho más que en el resto del mundo! Y oye, ¿será casualidad que también seamos uno de los países con la mayor esperanza de vida? Podemos apostar a que no y gritar bien alto “¡Viva el mar!”. Y toda la gente que lo trabaja.
La campaña del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación "Llena tu mesa de mar" quiere acercarte a las (innumerables) virtudes de nuestro marisco y nuestro pescado para que no te pierdas estas delicias que tenemos tan cerca.
Héroes y heroínas del mar
España es el país más rico del mundo en gastronomía, en tradiciones culinarias y en materias primas sobresalientes. Unas delicias que llegan a nuestra mesa gracias al buen hacer de los agricultores y de esos pescadores que cada día se levantan al alba y lo dan todo para que en nuestras mesas no falten productos equilibrados pero, sobre todo, exquisitos. En alta mar, sí, a lo largo de los 8.000 kilómetros de costa que tenemos, pero también en los esteros, las almadrabas o las bateas hay hombres y mujeres que hacen de su trabajo nuestra felicidad. ¿Y qué me dices de las míticas percebeiras o mariscadoras? Unos empleos tradicionales que estamos 'obligados' a preservar. No sólo por las comunidades que viven de ellos, sino por todo lo que nos aportan a nivel gastronómico, y también a nuestras costumbres, a nuestra historia, a nuestra identidad...
Del mar a la cocina
Lo tenemos fácil. Como somos un país con una larga tradición de consumo de este tipo de productos, contamos con multitud de recetas que ponen en valor los distintos tipos de elaboraciones, tanto tradicionales como de vanguardia. Crudos o congelados, en conserva o salazón, marinados, cocidos, a la plancha, al horno... Los productos de la pesca y la acuicultura son uno de nuestros tesoros gastro, además de una gran fuente de proteínas de alta calidad —una de las que menor huella hídrica genera— y de otros nutrientes esenciales en nuestra dieta.
Por eso se recomienda el consumo de tres a cuatro raciones de pescado a la semana, ya que fortalece el sistema inmune y los huesos, nutre y cuida los músculos, protege el corazón y nos ayuda a generar más serotonina (la hormona de la felicidad). ¿Va a ser por eso que los españoles tenemos tanta fama de simpáticos, alegres y bon vivant? Puede que sea una exageración, pero ¿a quién no le alegra un buen plato de pulpo, unas gambitas de Cádiz o un besugo del norte?
Por solidaridad y sostenibilidad
Si España es el país más rico del mundo en gastronomía, es gracias a las personas que hacen posible que seamos la gran despensa española y europea. Cuando consumes alimentos de España, colaboras y empatizas con el trabajo de los sectores productores de nuestro país como son la pesca y la acuicultura... Y, si no eras consciente, te lo contamos: también contribuyes al sostenimiento del medioambiente. En España siempre tenemos en cuenta la explotación sostenible de los recursos y la conservación de los mares y océanos. De hecho, en España somos líderes en la lucha contra la pesca ilegal y en apostar por la acuicultura sostenible. Sabiendo todo esto, ¿a que el próximo plato de pescado que tomes te va a saber aún mejor?
Juan Pelegrín es fotógrafo y redactor desde hace más de veinticinco años y, por necesidad y pasión, experto en la tecnología que lleva optimizando su trabajo desde que abandonó los carretes. O un poco antes. En los lejanos años 80 algunas de las primeras unidades que llegaron a España de los legendarios ZX-81 y ZX-Spectrum cayeron en sus manos.
Juan ha escrito o fotografiado, a veces también las dos cosas a la vez, deportes, viajes, información general, cultura y sociedad. Suele contar entre sus días más felices los años en los que ejerció como crítico de ópera, para al día siguiente sentarse a pie de pista a fotografiar un partido de baloncesto o coger un vuelo a cualquier aeropuerto del mundo. “En África siempre mejor”, asegura.
La tecnología le hace ahorrar tiempo, optimizar su flujo de trabajo y enviar sus fotos y textos los más rápidamente posible (y con la mejor calidad) desde la localización en la que trabaje.
También, por supuesto, conectarse con el mundo, aprender sobre cualquier tema o, por qué no, echar un rato en la consola con su hijo (o en solitario, que enfrentarse a los zombies, suele decir, relaja bastante).
Juan estudió Ingeniería Informática en la UPM, pero enseguida el periodismo se metió en sus venas. Con el paso de los años cursó Filología Hispánica en la UCM. En 2021 empezó a colaborar con diferentes cabeceras de Hearst. Juan ha editado varios libros de fotografía y lleva publicando en diferentes medios españoles y extranjeros más de dos décadas