La cocina es tanto una virtud como una celebración. Y tenemos la suerte de tener una de las mejores gastronomías del mundo. Del mar a los pastos, España es un lugar decisivo para los amantes del buen comer. La carne en concreto es la debilidad de muchas personas. Imagínatelo: sábado, mediodía, familia, amigos, buena carne, buen vino... No hacen falta muchas más palabras para salivar. Nos podemos poner algo estupendos, pero nos atrevemos a afirmar que la vida va de esos momentos.
La carne de cordero es sabor, finura, poderío. Quien lo probó lo sabe. En la cuenca mediterránea lo encontramos de innumerables maneras: al horno con romero, deshuesado, o guisado. En la cocina, sobre todo en la contemporánea, los límites los pone uno mismo. Además, siempre ha ocupado un lugar especial en nuestras mesas. Es más que un alimento; es un símbolo de unión, de tradición, de esos momentos que recordamos con cariño con una mesa que significa compañía.
INTEROVIC, la Interprofesional Agroalimentaria del Ovino y el Caprino de Carne, comprende la importancia de mantener viva esta tradición. Y si eres un fan de las carnes tienes que saber que ha creado el ‘Ritual de Cordero’, una campaña que busca acercar este manjar a nuestras vidas diarias, a esos pequeños triunfos que merecen ser celebrados.
Ritual y tesoro
El ‘Ritual de Cordero’ no se limita solo a los restaurantes selectos. Gracias a una colaboración con Petramora, el cordero llega directamente a casa para esos cocinillas que esperan disfrutan tanto en los fogones, delantal en ristre, como con el tenedor y el cuchillos desenvainados. El estuche, disponible en tiendas online y físicas de Petramora, es prácticamente un tesoro culinario que nos invita a saborear la carne de cordero nacional.
La caja, como buen tesoro por desenterrar, contiene un cuarto de cordero lechal asado al estilo tradicional, al vacío. ¿El secreto del chef? 25 minutos al horno para conseguir ese dorado irresistible que nos hace la boca agua. Algunos tratados de cocina sostienen que el cordero asado es la sublimación del acto de comer; es decir, lo más parecido que tiene el ser humano de conseguir una experiencia trascendente a través de la gastronomía.
Buenos acompañantes
Acompañando al manjar se incluyen unas patatas ahumadas y confitadas, pues no hay buen plato sin buenos vecinos. Y para redondear la experiencia, una botella de Jacinta, un tinto de Ribera de Duero que realza los sabores con su elegancia y sofisticación.
Además, Interovic, bajo el lema ‘Disfrutar del cordero siempre fue un ritual. Hagamos que siga siéndolo’, ha llevado esta carne a los rincones más selectos de la gastronomía. Dieciséis de los mejores restaurantes de España han sido el escenario para este encuentro entre tradición y alta cocina. Cocineros de renombre como Rafa Zafra en Rural, Javi Estévez en El Lince, Vicky Sevilla en Arrels, Lucía Freitas en Lume, Kisko García en Choco, Alejandro Hernández en Versátil o Samuel Moreno en Molino de Alcuneza han ideado platos y menús especiales que elevan el cordero a una nueva experiencia gastronómica.