Juanjo Artero: "Le dedico mucho tiempo a mi huerto y a mis gallinas"

"Una persona honesta, fiel consigo misma y generosa con el mundo y con la vida. Es difícil encontrar gente así. Yo intento alcanzar esa nota y a veces estoy en lo alto de la montaña y otras veces me creo el ser más miserable del mundo. No me considero especial, tengo mis altibajos", esto es un Hombre 10 para Juanjo Artero.

¿Y qué personas 10 conoces?
Aquellas que se han colocado un traje aislante y han ayudado a los enfermos de ébola poniendo en juego su vida, por ejemplo. En general, la gente que se sacrifica por los demás.

¿Cuáles son tus armas de seducción?
La ternura. No me importa mostrarla, y ésa es una ventaja que tengo sobre otros hombres. Nos enseñan que los hombres no lloran y yo… ¡soy de lágrima fácil!

¿Qué te retocarías en Photoshop?
Nada. Hay que aliarse con el tiempo y asumir la edad que tienes y las arrugas, que son un maquillaje maravilloso para la vida.

¿Cómo definirías tu estilo?
Soy el pequeño y heredé siempre la ropa de mis hermanos. La verdad, soy un desastre.

Qué no falta en tu armario.
Una camisa vaquera.

Nunca te pondrías…
Me gustan los sombreros, pero me da vergüenza porque llamas más la atención y soy tímido.

¿Y eso te incomoda?
No lo llevo mal, no sufro. La fama es algo que no tiene importancia. Cuando la viví de niño, con “Verano azul”, te crees importante, pero dejas de salir en televisión y dejas de serlo.

Un cosmético indispensable.
El maquillaje siempre va a la almohada (risas). Soy un desastre para eso y no soy constante con nada. 

Y un secretillo de belleza…
El único es el deporte y la alimentación, pero en épocas de rodaje me cuesta mucho.

Y qué te gusta comer.
Me gustan los platos de cuchara. Un plan perfecto es ponerme a estudiar un guión un día de lluvia, con la chimenea, y comerme una fabada o un cocido.

El deporte es…
Esencial. Me encanta nadar, pasear por el campo... Y estiro todos los días media hora. Lo practico cuando el trabajo me deja. Acabo de descubrir el Funfit, un chaleco de electroestimulación que trabaja tus músculos en 20 minutos.

¿Cuál es el mejor regalo?
Un viaje, una cena o un libro, aunque hasta junio no voy a poder leer; no tengo tiempo. Me gusta la novela histórica. El otro día me regaló Javier Sierra “La pirámide inmortal”, pero a este paso me lo leerán en la residencia de La casa del actor.

¿Qué plan te haría cerrar un libro?
Una buena cena, con velitas para dos y desayuno.

¿Qué te da miedo?
La situación que estamos viviendo y el futuro: no estamos sembrando para luego recoger.

Qué te hace reír.
El humor ácido, me gusta provocar, liar, confundir… Me río mucho, es fundamental para mí.

Un momento “tierra, trágame”.
Muchos, pero ni los puedo contar. A veces por ser gracioso me he metido en líos. Cuando meto la pata, callo y pido perdón.

Te gustaría ser recordado…
Con cariño y alegría.

¿Qué te emociona?
Todo, desde un programa de reencuentros hasta una película o una canción.

Tus ratos libres son para…
Le dedico horas a disfrutar de la naturaleza, cuidar de mi huerto y de mis gallinas en el Valle del Tiétar, donde tengo un proyecto rural.

Un hecho que te cambió la vida.
El día que estaba en la piscina y se fijó en mí Antonio Mercero. Habló con mi padre porque encajaba para uno de los personajes de 'Verano azul'. Justo ese año un profesor me dijo que había nacido para ser actor y, dos días antes, una vecina me echó las cartas y me vaticinó el inminente éxito que iba a tener.