Así son los 17 concursantes de 'Gran Hermano 17'

Antes de que comenzara, la presentaron como la edición de las mentiras y así va a ser. Jorge Javier, el nuevo presentador, anunció la primera novedad de 'Gran Hermano 17': un concursante más de lo habitual,17. Pero no fue la única. La primera gala estuvo cargada sorpresas...

El primer concursante que llegó a la casa era Miguel, un pontevedrés que parecía dedicarse a la moda y a cuidarse a sí mismo. Sin embargo, desveló su gran mentira: En realidad es David, sin tupé (era un postizo), sin maquillaje y sin glamour. El verdadero concursantes es técnico de enfermería y la moda es una pasión a la que se dedica en cuerpo y alma... en su tiempo libre.

La siguiente en entrar a la casa de 'Gran Hermano' fue Noelia, la concursante sorpresa. La joven fue rescatada de entre el público para dirigirse directamente a la casa, pero con una condición: No podía desvelar que Mercedes Milá había estado en plató para despedirse, que Jorge Javier era el presentador real y tampoco podía descubrir el secreto de Miguel. 

La organización siguió la misma técnica con Bea, apodada 'Naranjita la lía', por ser valenciana y por ''liarla desde que era pequeña''. Además, ella misma se describe como ''chonija'', una mezcla entre 'choni' y 'pija', aunque lo segundo parece habérselo dejado fuera de la casa... Eso sí, ella tampoco podía desvelar los secretos que había visto desde plató. 

Posteriormente, el sevillano Álvaro entró en la casa, aunque más que un sevillano parecía un sueco de los que montan muebles de Ikea. 

El hipster de 'Gran Hermano 17' es arquitecto y entra en la casa porque es ''feliz'' y hace lo que quiere, según explicó. ¡Y se quedó tan ancho!

El catalán Pol es luchador de lucha libre, pero como sabe que quizá eso no funcione, también estudia INEF (quiere ser profesor de Educación Física). Además, este concursantes se cree ''genéticamente perfecto''.

Las siguientes en entrar en la casa de 'Gran Hermano' fueron Laura y Meritxell, conocidas como 'Pin y Pon'. Se cuentan todo, visten igual y ¡hasta llevan los mismos tatuajes!

Su misión era hacer creer a los demás que no eran amigas. Lo que no sabían es que, mientras urdían su plan, el resto de compañeros las estaban viendo a través de una pantalla. ¡Pilladas!

Los siguientes en entrar en Guadalix fueron los dobles de Manu Carrasco y Marcelo, del Real Madrid: Fernando, de Sevilla, y Cris, de República Dominicana.

Clara y Candelas fueron las que más sufrieron antes de llegar a la casa. Después de arreglarse, maquillarse y plantarse los tacones para salir en la tele la organización decidió bañarlas en polvo de colores. 

Aunque llegaron juntas, no se conocían de nada, pero acabaron abrazadas. Además, el programa les hizo creer que Jordi González era el verdadero presentador, pero terminaron descubriendo que era Jorge Javier.

Pablo es un gofrero que se quedó hundido en la miseria al escuchar una de las mentiras estrella de la noche: que después de entrar en la casa, no era concursante oficial. De hecho, no pudo contener las lágrimas.

Montse es granjera y peluquera, y tampoco entró sola en la casa. Para su sorpresa, tendría que entrar con pareja... ¡un caballo blanco, nada menos! 

El caballo convivirá en una zona con heno aclimatada para que el animal viva lo más a gusto posible, como ya lo hiciera, por ejemplo, la famosa vaca que tanto miedo daba a Fresita. 

Alain, un joven francés, hizo su entrada en la casa más famosa de Guadalix de la Sierra. Junto a él, Rodrigo, este español, pero con un perfecto francés en su currículum... Su misión era obvia: Los dos tenían que hacerse pasar por concursantes de 'GH Francia' para hacer un intercambio. 

Al final no ocurrió nada de eso, pero el susto se lo llevaron igual, porque los demás, de francés, ¡ni papa!

Y por supuesto, no podía faltar una bloggera... Por eso, llegó Bárbara, que tiene un blog de belleza y tres hijos de tres hombres diferentes. A su lado, llegó Adara, una joven de Alcobendas con la que protagonizó uno de los momentazos de la noche: Su prueba consistía en encontrar la puerta secreta que daba a la casa, y sólo podían adivinar qué puerta era... ¡auscultando la pared! Estetoscopio en mano, las chicas se dispusieron a llevar a cabo su misión entre las risas del público.