Jordi Hurtado: "Nunca creía que duraría tanto"

¿Cómo recuerdas aquel primer día de emisión?

Lo recuerdo con muchas ganas e ilusión. Era una nueva aventura. Todo pintaba bien porque era un programa con mucho ritmo. Teníamos mucha confianza pero realmente era una incógnita.

¿Sueñas con las preguntas al llegar a casa?

Sé distinguir muy bien las jornadas de grabación de mi vida privada. Lo dejo todo aparcado en el plató, pero es verdad que me siento vivo con todo lo que pasa a mi alrededor. He aprendido mucho estos años.

¿Qué momento ha sido el más emotivo?

Hay muchos, pero recuerdo a José Manuel Dorado, el primer concursante que llegó a los cien programas. Todos lloramos de emoción.

¿Cómo te cuidas para no ponerte enfermo?

En invierno siempre llevo una bufanda para no resfriarme. Lo vital es que no entre aire frío en la garganta. En una ocasión tuve una afonía que me obligó a posponer unas grabaciones. Poca cosa.

Se bromea mucho con tu inmortalidad. ¿Cómo lo llevas?

Basta con echar la vista atrás para comprobar que sí pasan también los años por mí. ¡No soy inmortal! Me lo noto mucho. Lo que ocurre es que tengo una buena evolución del paso del tiempo, en la que influye, en parte, la genética.

Al principio no te hizo mucha gracia. ¿Qué pasó?

El punto de inflexión fue cuando hace unos años dijeron que había muerto. Aquello fue muy desagradable porque yo tengo una familia y estoy seguro de que a nadie le hacen gracia cosas así. Cuando ocurrió aquello mi madre era muy mayor y tenía que cortarlo de raíz.

Pero un día decidiste cambiar el chip, ¿por qué?

Ahora asumo las bromas y las relaciono con la longevidad del concurso. Todos los programas, desde "El Hormiguero" al "Club de la Comedia", hablan de mí pero a la vez de "Saber y Ganar". Y eso es muy positivo.

¿Con qué broma sobre ti te has reído más?

La que decía que Nescafé se había arruinado porque me había tocado un sueldo para toda la vida (risas).

¿Celebrarás los 30 años?

¡Claro! Sólo faltan diez, que pasan volando (risas).