Diez pistas para conocer a Reneé Zellweger

Nació en una pequeña localidad en la periferia de Houston (Texas) el 25 de abril de 1969 y, según sus propias palabras, creció “entre vaqueros y agricultores”. Hija de emigrantes europeos, su padre, Emil Zellweger, es un ingeniero nacido en Suiza, y su madre, Kjellfrid Irene Andreassen, noruega, fue enfermera y comadrona. De su padre aprendió a “valerme por mí misma. Me enseñó a hacer de todo, desde arreglar un coche a un problema de fontanería en casa”.

Terminó un año antes de lo habitual la carrera de Ciencias de la Radio, Cine y Televisión, que estudió en la Universidad de Austin (Texas) y que compaginó con clases de interpretación. En la universidad entabló amistad con otro texano famoso, Matthew McConaughey, y con su novia de entonces, Jennifer Lu, una joven de origen chino que sigue siendo una de sus mejores amigas, hasta el punto de que es la madrina de sus hijos.

Cuando se graduó, en 1991, trabajó como camarera en un club de “striptease” de Houston, mientras intentaba abrirse camino como actriz sin alejarse mucho de Texas. Pero tan sólo consiguió pequeños papeles en series y telefilmes de la televisión local.

En 1993 decidió irse a vivir a Los Ángeles y, tras participar en varias películas, como una de las secuelas de “La matanza de Texas”, le llegó su gran oportunidad con “Jerry Maguire” con Tom Cruise.

Entre ambas películas, aprendió a cantar y bailar para el personaje de Roxie en “Chicago”: “Era la primera vez que abría la boca para cantar delante de alguien que no fuera mi perro”. Aun así, asegura que lo que más miedo le daba era “tener que subir y bajar escaleras con tacones”.

Consiguió un Oscar por su interpretación en “Cold Mountain”, siendo una de las pocas actrices que han ganado los cuatro premios más importantes del cine: Oscar, Globo de Oro, BAFTA y el Premio del Sindicato de Actores.

Su primer novio conocido fue Jim Carrey, pero ella rompió con él cuando ya estaban con los preparativos de la boda. También salió con George Clooney. Conoció al que ha sido su único marido, el cantante country Kenny Chesney, en un acto benéfico. Se casaron cinco meses después, en quince minutos. Pidió el divorcio cuatro meses después, alegando que fue “un fraude”. Él dijo que no la quería.

Su pareja desde 2013 es el cantante Doyle Bramhall, un exadicto a la heroína cuya exmujer lo ha denunciado por no pasar la pensión a sus hijos. Según Renée, le ha aportado “la estabilidad emocional que me faltaba”. Viven en Montecito (California).

Considera “tonto” el revuelo que se formó cuando apareció en un acto público convertida físicamente en otra persona. Un cambio (foto 9) que, según ella, sólo se debe a “llevar una vida diferente, sana y feliz”. Se ha retocado la nariz y los pómulos, se ha estirado los párpados y se ha inyectado bótox. En su última aparición, en un desfile en París de la firma Miu Miu, lucía un rostro algo más natural.

Le encanta el fútbol americano y se confiesa forofa de los Cowboys de Dallas: “Tengo que serlo para mantener buena relación con mi hermano”. En la imagen con él. Es experto en marketing.