Los datos de la FAO (Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura) revelan que un 33% de los alimentos que compramos en el mundo van a la basura. En nuestro país, el año pasado se desperdiciaron 1.229 millones de kilos de alimentos. Esto supone el 4,3% de la cesta de la compra anual, según un informe de consumo elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Para reducir el desaprovechamiento innecesario de comida podemos seguir algunos consejos: adaptar mejor las raciones a nuestro consumo; comprar sólo lo que necesitemos y evitar las compras de alimentos por exceso; planificar las comidas; reutilizar las sobras; revisar el frigorífico y consumir los productos comprados con anterioridad; otra opción de conserva es congelar por raciones.
Cómo se desperdicia
En los países desarrollados, un 40% de las pérdidas de fruta o verdura se produce en la etapa posterior a la cosecha. En otros casos, un 40% de las pérdidas está relacionado con el consumo de los hogares. La FAO recuerda que el desperdicio de alimentos aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuye al cambio climático.
Mejorando la gestión
Según los últimos datos en España, en 2017 se produjo una reducción de un 5,7% del volumen de alimentos desperdiciados con respecto a 2016. Por persona, en 2017 generamos 26 kilos, dos menos que el año pasado, lo que significa una mejora en la gestión de la basura doméstica.
Biorresiduos domésticos
La recuperación de residuos orgánicos o biorresiduos es parte imprescindible de la reutilización y reciclaje de materia. Por ejemplo, en Madrid, la basura del nuevo llamado cubo marrón se convierte en compost y en biogas en la planta de Valdemingómez. Hay que recordar que en este cubo no van ni pañales, ni compresas, ni colillas. Consulta con detalle en la web Acierta con la orgánica.