Asus 58 años y con 35 de carrera, Francisco vuelve a enfrentarse a un nuevo reto: un disco con la orquesta Filarmónica del Mediterráneo en el que incluye algunos de sus grandes éxitos. Lo hace con la ilusión de un principiante, convencido como está de que atraviesa uno de los momentos más felices de su vida.
Está casado desde hace 22 años con Paca, la mujer que le dio la estabilidad que todo artista necesita, y tiene un torrente de voz que cuida con verdadero mimo porque es su arma de trabajo. Me confiesa que gracias a su portentosa voz logró salir de la miseria, de la dificultad que entraña quedarse sin padre a una edad temprana, para tener que enfrentarse a las asperezas de la vida cuando apenas era un adolescente.
Francisco, ¿cómo se siente cuando está cerca de cumplir 60?
Pues me siento lleno de vitalidad y de ilusión, pero sobre todo con muy buena salud, que es lo principal. ¿Sabes una cosa? Yo no tengo miedo a cumplir años, es más, si mañana me dijeran que tengo que abandonar este mundo, algo que he hablado muchas veces con mi mujer, me iría en paz.
¿Ha cumplido todos sus sueños?
Y más de los que pude soñar, pero me iría en paz sobre todo porque tengo la conciencia muy tranquila, duermo bien por la noche, lo que no me impide reconocer que he cometido algunos errores, pero no de forma premeditada. Yo no estoy obsesionado por vivir hasta los 90, y el día que me toque, me iré con tranquilidad, aunque espero que sea lo más tarde posible.
¿Le hemos ganado años a la vida?
Por supuesto, yo recuerdo que mi abuelo a los 50 años era un anciano, porque en el campo trabajaban de sol a sol, no se cuidaban nada y comían lo que podían, ya que lo prioritario era mantener a la familia. Yo he madurado siendo muy joven porque mi padre murió con 39 años, y yo era el mayor de seis hermanos.
¿Cómo asumió convertirse en el cabeza de familia a los 13?
Mal, no se asume porque no te da tiempo a pensarlo. Entonces estudiaba séptimo de EGB porque mi padre quería que estudiara, pero de la noche a la mañana tuve que abandonar los estudios y ponerme a trabajar en la construcción. Mi padre murió dejando a mi madre embarazada de seis meses, imagínate nuestra situación. Vivíamos casi de la caridad. Tengo tanto que agradecer a nuestros vecinos, porque se portaron con nosotros como si fueran parte de nuestra familia.