"La vida no es un twitter"
-¿Diría que ése diario le marcó especialmente?
-Sí, porque allí había de todo, de derechas, de izquierdas, falangistas, chicas guapas, golfos, un mundo que para un joven como yo fue una experiencia estupenda. Nos dio un curso acelerado de lo que es la condición humana.
-¿La Academia de la Lengua, qué le ha enseñado?
-A respetar a la gente respetable, sobre todo porque hay sabios de verdad que dedican toda su vida a estudiar los cambios de la lengua. Y otra cosa: hay una patria que es la única de verdad y que es la lengua española que hablan en 22 países, y ahí no hay política, sólo una patria donde nos encontramos todos.
-Se ha perdido el respeto a la experiencia...
-Porque éste es un país muy desagradecido con sus mayores, es un país sin memoria, cuando la memoria es la que nos hace. De los veteranos aprendes un oficio y una vida. La vida no es un twitter, pero eso es algo que los jóvenes aprenderán tarde.
-¿Qué influencia ha tenido el Mediterráneo en su carácter?
-Para mí fue decisivo, porque crecer en un puerto viendo barcos, viendo marinos que hablaban en todas las lenguas, te marca, en mi caso me marcó profundamente, tanto que cuando comencé a viajar lo hice en un carguero.