Tras la maternidad llegó la pandemia y Michelle Jenner se ha visto alejada de la pequeña pantalla por un tiempo. “Ha sido un paréntesis, pero vuelvo muy ilusionada”, confiesa la protagonista de La cocinera de Castamar, la nueva apuesta de Antena 3, que ha participado también en el regreso de Los hombres de Paco y graba Los herederos de la tierra.
¿Qué es lo que más te atrae de tu personaje, Clara Belmonte?
Es una superviviente, una mujer fuerte, adelantada a su época. Se queda sola y se pone a trabajar de cocinera en el palacio de Castamar. Ella es consciente de cuál es su sitio, pero si ve una injusticia le sale la vena peleona y no se calla.
Un rasgo muy importante que la define es que sufre de agorafobia, no soporta salir a espacio abiertos, y esto la lleva a querer esconderse aunque sabe que tiene que tirar para adelante.
¿Ha sido complicado este aspecto a la hora de interpretar?
Sí, las fobias son algo que vives por dentro y yo tenía que hacer que el público lo percibiera: cómo se le acelera el corazón, le falta el aire o le tiemblan las piernas… Con Clara he aprendido que los valientes no son quienes no tienen miedos sino los que se enfrentan a ellos.
¿Te has inspirado en alguien?
En ninguna persona en concreto, pero sí que me recomendaron Retrato de una mujer en llamas y La favorita, dos películas que ya había visto y son maravillosas.
¿En qué te pareces a tu papel?
Las dos somos de mente abierta. Yo busco el lado bueno de las cosas y sigo mi instinto. Además, soy cocinillas, se me da muy bien guisar. ¡Tengo el punto pillado a las lentejas! Suelo probar, inventar, cocinar en el horno pescados con guarnición…
Casi dos millones y medio de espectadores vieron La cocinera… ¿A qué achacas este éxito?
La novela está llena de amor, venganza, traiciones… Y los personajes son muy profundos: con muchas luces y grandes sombras. También resulta atractiva la mezcla de los de ‘arriba’ con los de ‘abajo’, nobles y sirvientes.
¿Por qué crees que seducen tanto las series de época?
De alguna manera es asomarse por una ventanita y ver cómo se vivía en el pasado. Esto siempre resulta interesante y curioso de conocer.
Tras una pausa, vuelves con fuerza con Los hombres de Paco y Los herederos de la tierra.
Estoy muy agradecida de tener trabajo y proyectos. Hace diez años de Los hombres de Paco y es como si no hubiese pasado el tiempo para nosotros. Y eso que Sara ya no es una adolescente enamorada, sino una profesional madura.
¿Qué aficiones tienes?
Siempre que puedo, leo, escucho música y salgo al campo, necesito estar rodeada de naturaleza. Lo que no veo casi es la televisión. La última serie que recuerdo es Gambito de dama. Me encantó.
¿La maternidad ha cambiado tus prioridades? ¿Cómo te organizas en tu día a día?
Como muchas otras mujeres he tenido que encontrar la manera de compaginar el cuidado de mi hijo con mi profesión. Ya no estás tú sola y esto complica las cosas.
Es pronto, porque tu hijo tiene dos añitos, pero ¿te gustaría que fuese actor?
Eso realmente me da igual. Yo empecé desde muy niña y me ha ido bien, pero lo que quiero es que mi hijo siga a su corazón y sea libre para elegir lo que le apetezca ser.
Antes de acabar, una curiosidad. ¿Quién se comía los suculentos platos que preparáis en la serie?
Roberto Enríquez (Risas). El duque don Diego se pasaba el día entero comiendo, en la ficción y en la realidad