Publicidad - Sigue leyendo debajo
Hija del actor y cineasta Julio Bracho y de la bailarina Diana Bordes, esta artista mexicana se crió rodeada de personalidades de la cultura de su país. Bastó una clase de interpretación para que se diera cuenta que había encontrado su segunda pasión ya que la primera es la escritura.
Con 71 años, Diana Bracho se sigue entusiasmando con cada proyecto y eso que el primero le llegó con sólo 5 años. El que ahora la tiene como una niña con zapatos nuevos es El hotel de los secretos, adaptación de la novela española Gran hotel.
Hablar de diana Bracho es hacerlo de una gran actriz.
Muchas gracias, aunque yo deseaba ser escritora, la actuación se atravesó en mi vida. Mi padre no quería que me dedicara a eso, además era tímida. Fui a Nueva York (Estados Unidos) a estudiar Filosofía y Filología Inglesa y sólo me di cuenta de que deseaba ser actriz cuando de vuelta en México y ya licenciada un amigo me animó a actuar.
Criarse en un ambiente tan artístico debe de marcar a una niña...
Para mí era algo normal tener una madre bailarina, un padre actor y estar con literatos como Octavio Paz y Salvador Novo, formaban parte de mi mundo cotidiano. Jamás me di cuenta de lo importantes que eran las personas que había a mi alrededor.
¿Cómo recuerdas tus primeros pasos en la actuación?
los di en el cine, de la mano de Arturo Ripstein, que me dirigió en El castillo de la pureza (1972). Trabajé con Rita Macedo y Claudio Brook, que hacían de mis padres. Fue fantástico.
¿Cuándo llegasta a la televisión?
Un año después y por sorpresa, mi vida ha sido así siempre. Grabé Mi primer amor producida por Antulio Jiménez Pons.
¿Qué significa esta profesión para una persona con una trayectoria tan larga como la tuya?
Un actor bueno necesita dehacerse de sí mismo y no pensar si se ve bien en pantalla. Hay que arriesgar y romper esquemas para construir algo diferente.
En tu opinión, ¿qué importancia hay que darle a los premios?
No hay que creérselos nunca ni tampoco trabajar únicamente para ganarlos.
Para que te interese un personaje debe tener...
Calidad dramática, la moral me tiene sin cuidadano, por eso prefiero los fuertes, da igual que sean héroes o villanos. Aunque reconozco que me atraen los segundos.
¿Teresa de Alarcón, a quien interpretas en El hotel de los secretos, se ajusta a ese perfil?
Sí, es la dueña del hotel, la madre de la protagonista [Irene Azuela], a quien las señoras tienen como refrente del buen vestir.
¿Qué te atrajo de la producción?
Sobre todo, que se diferencia de lo que Televisa ha hecho hasta ahora. Creo que el canal está experimentado, es importante que arriesgue con un producto así porque abre otra puerta al género. Las primeras escenas las grabé en un laberinto con Juan Ferrara. Casi me muero del susto.
¿Y qué destacarías de ella?
Está muy bien adaptada a la hitoria de nuestra pía, se graba en exteriores maravillosos, se ha cuidado el vestuario, los peinados... Realmente se está haciendo un trabajo exquisito y todos creemos en él y en nuestro productor, Roberto Gómez.
¿Dónde transcurre la historia?
En México entre 1908 y 1910, con el entorno social del porfiriato. El Gran Hotel es el lugar más importante y elegante de la región, donde acuden los ricos de la ciudad, incluyendo a don Porfirio Díaz, el presidente del país.
¿De qué modo?
Mi abuelo materno era consejero de Francisco I. Madero y salía a la avenida Reforma a caballo gritando consignas antiporfiristas. Mis abuelos paternos, que estaban a favor a del presidente.
Lee la entrevista completa en la revista Telenovela.
Publicidad - Sigue leyendo debajo