Cuando en 2011 Donald Ray Pollock publicó su novela El diablo a todas horas probablemente no imaginó que la trayectoria de su historia llegaría tan lejos. El texto ha llegado a convertirse en película y con un repartazo a tener en cuenta. Desde el miércoles 16 de septiembre está disponible en Netflix esta adaptación del cineasta Antonio Campos (The Sinner, Marvel's The Punisher).
La violencia, el crimen y la falta de escrúpulos gobiernan el mundo en el que nos sumerge la voz en off del mismísimo Donald Ray Pollock, que inicia el filme. En los Estados Unidos de mitad del siglo XX, entre la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam, hay un microcosmos de sordidez y traumas personales en Knockemstiff, una localidad de Ohio.
Los acontecimientos que se dan en ese lugar desatan una tormenta de fanatismo religioso, corrupción, depravación y revanchismo entre diferentes generaciones de dos familias (y su entorno) que se desarrolla a lo largo de veinte años. Entre las historias de tormento que descubre la película, y que acaban confluyendo en un punto común, está la de Willard Russell (Bill Skarsgård, Castle Rock, It, Deadpool 2), un hombre desesperado por salvar a su mujer enferma, que destrozado al ver que sus oraciones no consiguen salvarla, acaba suicidándose.
Pero precisamente las acciones de Russell llevan a su hijo Arvin, a pasar de ser un niño que sufre abusos en el instituto, a convertirse en un hombre que sabe cuándo y cómo ha de pasar a la acción. Así, el joven tendrá que enfrentarse al pastor Preston Teagardin (Robert Pattinson), un pervertido que abusa de las menores de edad en su parroquia, y al sheriff corrupto Lee Bodecker (Sebastian Stan).
Entre toda esa oscuridad, llena de personajes siniestros, el Arvin de Tom Holland es el personaje de mayor luz del filme, que se desvive por proteger a su familia, defender la justicia y buscar la redención de todo un pueblo.
Lo mejor de 'El diablo a todas horas': su reparto
Para dar vida a los personajes principales Campos contó con Robert Pattinson en el papel del predicador Teagardin, con Bill Skarsgård como Willard Russell y con Tom Holland como su hijo Arvin, protagonista e hilo conductor de la evolución de un relato lleno de saltos temporales.
Pero no son las únicas garantías del elenco, pues junto a ellos están Mia Wasikowska (Alicia en el País de las Maravillas), Jason Clarke (El niño 44, First Man), Sebastian Stan (saga Vengadores, Gossip Girl, Érase una vez), Riley Keough (Mad Max: Furia en la carretera, Riverdale) y Mia Goth (El secreto de Marrowbone, Wallander).
La película luce, en buena medida, gracias a todos estos actores y actrices, que hacen un buen trabajo llevando al extremo a sus personajes. El mayor peso del relato recae sobre Holland, a quien vemos en un registro completamente diferente a sus papeles anteriores, y sin embargo es quizá del único personaje del que se puede extraer un lado compasivo.
Cabe destacar la labor de Pattinson, resaltada por el propio director en una entrevista en Total Film:
"Rob asumió a Preston. La razón por la que funciona como personaje es porque Rob no se salió del camino para hacerlo agradable. Realmente, asumió todo lo desagradable de él. Y por eso, el personaje, que es muy desagradable, se disfruta en pantalla".