- Blas Cantó defenderá ‘Voy a quedarme’, el sábado 22, en la 65 edición del Festival de Eurovisión
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Aunque asegura estar en el “peor momento de mi vida”, Blas Cantó ha reunido las fuerzas necesarias para representar a España, el sábado 22, en la 65 edición del Festival de Eurovisión, con Voy a quedarme, de la que es coautor, en Róterdam (Holanda).
Hace un mes se confirmó que este evento musical sería presencial. Solo habrá 3.500 personas de público, que tengan una entrada de la edición de 2020 y una PCR negativa. Con la ausencia de Australia, Blas aspira a tocar el corazón de la audiencia desde el Ahoy Arena, que fue un hospital en la pandemia.
¿Cómo recibiste la noticia de que el Festival sería presencial?
Con mucha alegría porque era para lo que habíamos trabajado durante mucho tiempo. Fue un shock que te dijeran que no se podía ir. ¡Ahí estaremos!
¿Se ha cambiado el planteamiento de la actuación?
Sí. En Holanda se hará a lo grande, con tiempo para ensayar, retoques... Ya se hizo una copia de seguridad del tema antes de que se supiera que el festival se iba a celebrar, y no se cambió nada. Estoy contento de poder cantar en directo.
¿Cómo será la puesta en escena?
Se está ultimando, y tendrá que ver con la iluminación, con las cámaras y el resto de detalles del directo… Eurovisión es el festival más grande de todos los tiempos, pero también es un programa de televisión.
¿Y cuáles son los rivales a batir?
Este año hay varias divas que competirán entre ellas. Somos la única candidatura que cantará en español, lo que nos diferencia. En francés lo harán Malta, Francia y Suiza, de los más fuertes. Bárbara Pravi, de Francia, es mi favorita, además de amiga. También me gustan San Marino e Irlanda.
¿Cantar en español puede restarte algunos puntos?
Yo no me lo planteo. El Festival de Eurovisión dejó de ser Blas Cantó hace tiempo. Es Voy a quedarme, mi historia, y el sentimiento español. Se trata de España, no de mí.
¿Se han hecho cambios de última hora en la canción?
La canción ha evolucionado, se ha hecho más emocionante y sincera, y hay un vértigo en la segunda parte muy interesante, que parece que la acelera, pero que luego la potencia.
¿Estarás acompañado en el escenario?
Los cinco coristas, mi equipo, no estarán en escena, pero me apoyarán. TVE decidió que todo debería girar en torno a lo que cuenta la canción. Marvin Dietman –director artístico– lo ha entendido muy bien y ha traslado su magia al escenario. Iré de negro, sencillo y discreto. Todo eso lo ha supervisado Raúl Amor, de TVE.
¿Cómo te imaginas ese instante tan importante en el Ahoy Arena?
Me imagino al niño que soñaba con ese momento, que estaba en los premios Veo Veo, cantando Granada. Va a ser un momento único en mi vida. Eurovisión ya me ha dado todo lo que tenía que darme, es decir, el amor de mucha gente. Y que el éxito te pille trabajando, algo que yo ya estoy haciendo.
¿Te has preparado de manera especial para el sábado?
He seguido con mis clases de canto, intentando dormir mucho, entre promociones, he dejado las redes sociales...
¿Y el pálpito de los eurofans?
Cuando descubrieron la historia que había detrás de la canción, les emocionó más. La escribí en la peor etapa de mi vida, y estoy contento de haberla convertido en esperanza. Está inspirada en mi abuela Joaquina, la mujer de mi vida.
¿Ya estás mejor?
Tengo claro que es mi último concurso, por la presión que supone. Espero disfrutarlo, aunque es difícil ponerse delante de la cámara cuando estás mal, pero me sentiré orgulloso y en paz al cantar.
