Desde la pandemia, el teletrabajo forma parte de nuestra vida, una situación que ayuda a conciliar pero que provoca un mayor gasto energético en el hogar. ¿Cómo podemos evitarlo? Naturgy nos ofrece sencillos consejos para no sufrir un aumento en las facturas. El primero de ellos pasa por la pintura de las paredes: opta por pintar las paredes de tu despacho en colores claros. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, son los mejores tonos para disminuir tus necesidades de iluminación, ahorrando, por tanto, en la potencia que necesitarás.
- VENTILAR A PRIMERA HORA. Con el aire renovado, afrontamos mejor nuestra jornada laboral, aunque suponga la pérdida del calor nocturno. Pasados diez minutos, tiempo más que suficiente, cierra todas las ventanas de casa. Si las tienes bien aisladas puedes ahorrar entre un 20% y un 30% en la calefacción.
- VESTIRSE ACORDE CON EL TIEMPO. Durante el invierno, mantén la temperatura entre los 21°C y 19°C. Aunque no salgas de casa, elige ropa adecuada para adaptarte a la temperatura y no gastar de más por si sientes frío. Este sencillo truco te ayudará a mejorar el consumo de energía en el teletrabajo.
- COME SIN DISPOSITIVOS. Es normal dejarse el ordenador encendido en la pausa del mediodía, pero merece la pena apagarlo y ahorrarte el consumo fantasma. ¿Sabías que el modo stand by dispara el consumo hasta un 15%? En concreto, el ordenador portátil gasta entre 35 y 40 kWh al año, lo que supone un gasto anual en la factura de 6 euros más. Cuando se trata de ahorrar y hacer un buen uso de la energía, todo cuenta. El mejor truco sería enchufar los dispositivos eléctricos que utilizas durante el teletrabajo a una regleta. Así solo tienen que tocar un botón para encenderlos o apagarlos.
- CONFIGURA TU ORDENADOR. Usa el modo 'ahorro de energía' de la batería y la pantalla de tu ordenador desde el panel de control. Además, la iluminación del monitor no debería ser demasiado alta y un salvapantallas negro es el que menos energía consume.
- PUNTO ESTRATÉGICO. Evita colocar el escritorio o la mesa de trabajo justo enfrente de un radiador, ya que puedes llegar a perder hasta el 20% de su rendimiento.
- APROVECHA LA TECNOLOGÍA. Desde Naturgy, por ejemplo, ponen a tu disposición simuladores de ahorro energético para saber cuánto ahorrar en tu día a día. Son muy útiles y te ayudan a tomar conciencia.
¿Qué logramos sin coger el coche?
Según un informe de Greenpeace sobre el potencial ahorro de emisiones contaminantes gracias al teletrabajo, los desplazamientos a la oficina emiten 5.200 toneladas de C02 al día en Madrid y 8.300 en Barcelona, en su gran mayoría provocadas por coches particulares. Por eso, con solo un día de trabajo en casa se podría ahorrar alrededor del 3% de las emisiones diarias ligadas al transporte, algo más del 5% si aumentamos a dos días esta modalidad.
La importancia de las bombillas
¿Sabías que una bombilla sucia o en mal estado puede llegar a perder un 50 por ciento de luminosidad? Intenta mantenerlas limpias porque puedes ahorrar hasta un 20 por ciento en el consumo de electricidad en iluminación. En los días de teletrabajo, las bombillas de bajo consumo son nuestras mejores aliadas. Según explican desde Naturgy, su consumo es un 80% menor que las convencionales y duran entre 8 y 10 veces más. Es importante planificar la jornada laboral: evita, en la medida de lo posible, trabajar de noche. Intenta aprovechar al máximo la luz natural. Puedes conocer más consejos como estos en Ojo al Vatio, una iniciativa de Naturgy para ahorrar energía.
María Larrocha es experta en cine, música, libros y temas relacionados con ecología y sostenibilidad. Y sobre todo, redactora de noticias del corazón, mundo en el que lleva con mucho orgullo desde 2004. ¿Quién no se relaja leyendo el día a día de nuestros famosos? Ahora disfruta escribiendo sobre las ‘celebrities’ en Diez Minutos, donde también te cuenta los planes que no te puedes perder o cómo poner nuestro granito de arena para hacer un mundo mejor.
Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, empezó en la sección de Cultura de La Razón, para después trabajar en la radio, recalar como correctora en El Mundo durante unos meses y marcharse un año a Inglaterra para perfeccionar el inglés. De vuelta a Madrid aterrizó en la revista Qué me dices!, dónde aprendió que se puede hacer periodismo sin perder el sentido del humor.