Nuestro Planeta lleva años avisándonos sobre la necesidad de cambiar. Ahora nos encontramos con temperaturas cada vez más cálidas, sequías, incendios más virulentos, inundaciones, huracanes… Todo esto provoca cambios en los ecosistemas y muchas especies de animales, como no son capaces de adaptarse, acaban desapareciendo. Además, se altera la duración de las estaciones y aparecen patrones más típicos de climas monzónicos. Para combatir el cambio climático, es necesario llevar a cabo una transición energética. Es decir, un conjunto de cambios en los modelos de producción, distribución y consumo de energía para lograr una mayor sostenibilidad en el Planeta. Desde Naturgy, nos explican todo sobre este camino tan importante.

  • A finales de 2019 se presentó el Pacto Verde Europeo, con una hoja de ruta estratégica donde la transición energética se convierte en el centro de la acción política. Estos son los objetivos europeos actuales en cuestión de energía para 2030: Reducir un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990. Conseguir una cuota del 40% de energías renovables sobre el consumo total de energía. Y una mejora de la eficiencia energética de un 36%.
  • Nuestro país ha desarrollado su propio plan para la descarbonización: la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Sus objetivos para 2030 son la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero en, al menos, un 23% respecto del año 1990. Alcanzar una penetración de energías de origen renovable de, al menos, un 42%, y alcanzar un 39,5% de mejora de la eficiencia energética. Además, antes de 2050, deberemos alcanzar la neutralidad climática y el sistema eléctrico deberá basarse únicamente en fuentes de generación de origen renovable.
  • ¿Qué podemos hacer nosotros a nivel individual? La Organización de Naciones Unidas asegura que la transición energética solo será posible si todos ponemos nuestro granito de arena para combatir el cambio climático. Cuando decides instalar paneles solares para generar tu propia energía, cuando te vuelves un consumidor más responsable, cuando cuidas la naturaleza o cuando utilizas un coche eléctrico para no contaminar, tú también estás haciendo posible la transición energética.

La importancia del hidrógeno verde

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Desde Naturgy nos explican que el hidrógeno verde, junto con el biometano, tiene cada día más protagonismo en ese cambio hacia la transición energética. De hecho, en 2020, la Comisión Europea desarrolló una estrategia centrada exclusivamente en esta energía. Se estima que para 2050, el hidrógeno sostenible podría alcanzar el 20-50% de la demanda de energía en el transporte y el 5-20% en la industria de la Unión Europea.

Esfuerzos en las empresas

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Desde Naturgy también están impulsando con fuerza el desarrollo sostenible de la sociedad. ¿Su objetivo? Ser un actor clave en la transición energética haciendo realidad los siguientes hitos: construir proyectos de generación de electricidad renovable para cumplir su objetivo de triplicar la potencia renovable instalada en 2025. En 2020 cerraron sus centrales térmicas de carbón de manera programada, mientras proporcionan a sus clientes gas natural para evitar otros combustibles más contaminantes. Impulsan también la movilidad eléctrica y a gas para que en nuestras ciudades se respire una mejor calidad del aire. Y además comparten con sus clientes servicios energéticos que les ayuden a ahorrar en su factura y a reducir el cambio climático.

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María Larrocha es experta en cine, música, libros y temas relacionados con ecología y sostenibilidad. Y sobre todo, redactora de noticias del corazón, mundo en el que lleva con mucho orgullo desde 2004. ¿Quién no se relaja leyendo el día a día de nuestros famosos? Ahora disfruta escribiendo sobre las ‘celebrities’ en Diez Minutos, donde también te cuenta los planes que no te puedes perder o cómo poner nuestro granito de arena para hacer un mundo mejor.   

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, empezó en la sección de Cultura de La Razón, para después trabajar en la radio, recalar como correctora en El Mundo durante unos meses y marcharse un año a Inglaterra para perfeccionar el inglés. De vuelta a Madrid aterrizó en la revista Qué me dices!, dónde aprendió que se puede hacer periodismo sin perder el sentido del humor.