La inteligencia artificial (IA) puede describirse como la habilidad que tienen determinadas máquinas de presentar similares (o superiores) capacidades de los seres humanos, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planear. La IA ya desempeña un papel muy importante en sectores como la educación o la salud, pero también es crucial en la protección del planeta. ¿Quieres saber cómo? Te contamos, de la manos de los expertos de Naturgy, cómo la IA ayuda a la comunidad científica a mimar nuestro entorno.
- Monitorizar el medioambiente. La IA tiene capacidad para analizar un gran volumen de datos provenientes de satélites que monitorean nuestro entorno en tiempo real. Esto incluye la calidad del aire, la deforestación, la biodiversidad o el agua.
- Optimización de la energía. Gracias a la Inteligencia Artificial se pueden mejorar la eficiencia de los edificios, y así poder gestionar mejor el consumo de energía.
- Agricultura sostenible. A día de hoy, la IA se utiliza en la agricultura para analizar datos sobre el clima, el suelo y las plantas para maximizar los rendimientos mientras minimizan el uso del agua.
- Reciclaje y gestión de residuos. Gracias a la IA, se clasifican los materiales de forma más eficaz y se reduce la contaminación en vertederos. También ayuda a predecir patrones de consumo y gestionar mejor la cadena de suministros reduciendo el desperdicio.
- Desarrollo de materiales sostenibles. Los científicos también se sirven de la IA para crear y desarrollar materiales menos dañinos para el planeta, que sean biodegradables.
- Restauración de ecosistemas. La Inteligencia Artificial ayuda a analizar imágenes de satélites para identificar áreas degradadas y diseñar planes de restauración.
- Optimización de la pesca. Los modelos de IA tienen la capacidad de predecir los movimientos de las especies marinas y ayuda a gestionar las cuotas de pesca. Esto puede evitar la sobrepesca, preservar los ecosistemas marinos y permitir una explotación responsable de los recursos acuáticos. Además, también se aplica la IA a la robótica submarina, que ayuda a mapear áreas con alta concentración de residuos plásticos en los océanos.
Inspecciones de su red eléctrica
Naturgy lleva tiempo dando pasos en el ámbito de la IA. ¿Cómo puede aplicarse al sector energético? Por ejemplo, gracias a ella se puede reforzar la inspección de redes eléctricas y de gas con un uso optimizado de la información recopilada por drones y otros sistemas de vigilancia para llevar a cabo un mantenimiento preventivo. Así, y gracias a su alianza con la startup navarra FuVeX, la compañía se ha convertido en la primera energética española que emplea de forma regular este tipo de aeronaves no tripuladas en sus operaciones.
Contra los incendios forestales
La Inteligencia Artificial también está siendo especialmente útil en el sector energético. Naturgy, por ejemplo, empezó en 2023 a instalar en su red eléctrica sistemas de vigilancia capaces de prevenir incendios forestales. UFD, la distribuidora eléctrica del grupo, comenzó a desplegar en España su solución Fire Detection para anticipar la detección de incendios y preservar del fuego a grandes masas forestales mediante un innovador sistema que aplica la Inteligencia Artificial a través del análisis de imágenes y datos tomados por cámaras instaladas en torres y tendidos eléctricos.
María Larrocha es experta en cine, música, libros y temas relacionados con ecología y sostenibilidad. Y sobre todo, redactora de noticias del corazón, mundo en el que lleva con mucho orgullo desde 2004. ¿Quién no se relaja leyendo el día a día de nuestros famosos? Ahora disfruta escribiendo sobre las ‘celebrities’ en Diez Minutos, donde también te cuenta los planes que no te puedes perder o cómo poner nuestro granito de arena para hacer un mundo mejor.
Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, empezó en la sección de Cultura de La Razón, para después trabajar en la radio, recalar como correctora en El Mundo durante unos meses y marcharse un año a Inglaterra para perfeccionar el inglés. De vuelta a Madrid aterrizó en la revista Qué me dices!, dónde aprendió que se puede hacer periodismo sin perder el sentido del humor.