Los cambios de temperatura no sólo nos afecta a nosotros, los hogares también sufren daños ya que el calor es un fuerte enemigo para las viviendas. La consecuencia de las temperaturas altas es el 'efecto dilatación' que sufren las instalaciones deteriorando los materiales, hecho que dificulta su buen funcionamiento. Asimismo, determinados elementos expuestos al sol pueden, además, aumentar el calor interior de la vivienda, lo que deriva en un sobresfuerzo energético de refrigeradores y aparatos de aire acondicionado.
¿Cómo podemos atajar los efectos del calor en nuestras instalaciones? Os damos las claves que ha elaborado Reparalia para ayudarnos a ahorrar costes tanto en factura energética como en reparaciones de material deteriorado por el sol.
Contraventanas o ventanas con rotura de puente térmico
Uno de los materiales que más sufre la dilatación por calor es el PVC, incluso a largo plazo puede perder su forma y empeorar su funcionamiento. El aluminio, en cambio, no pierde su forma original pero sí es un fuerte transmisor de temperatura. Por ello, una de las mejores soluciones para evitar el calor y ahorrar a largo plazo sería la instalación de ventanas de aluminio con 'rotura de puente térmico', que cuentan con un mecanismo específico que impide la transmisión del calor. Además, los expertos de Reparalia también recomiendan instalar contraventanas (que hacen función de aislamiento en invierno) y añadir toldos y persianas.
Vidrios inteligentes para evitar el efecto lupa
El efecto lupa característico de los vidrios tradicionales o monolíticos (sin cámara) puede convertir nuestro hogar en una verdadera sauna. Habitualmente esta situación se minimiza si se les cubre con un vinilo reflexivo. Pero la tecnología siempre está ahí para mejorar nuestras vidas y, si realmente quieres que tus cristales dejen de quemarte las manos, lo mejor es comprar los denominados "vidrios inteligentes", que controlan la cantidad de luz, calor y energía que transmiten.
Pinturas ultravioleta para las paredes más expuestas
Las paredes y techos son las estructuras del hogar más afectadas por el sol. Sufren dilataciones y contracciones que pueden derivar en grietas, además las pinturas se degradan con los rayos ultravioletas del sol y las paredes acaban con un tono descolorido. En estos casos, es imprescindible renovar cada tres años la pintura de las paredes interiores y exteriores, así como elegir, siempre, pinturas con protección ultravioleta. Toma nota: las pinturas brillo son más resistentes a la intemperie que las pinturas mate.
Protección tintada y soluciones microporosas para muebles y maderas
Para evitar que los muebles y maderas expuestos al sol pierdan su color original se les debe administrar 'protección tintada', compuesta de pigmentos que actúan como filtro solar. Es importante aplicar una 'imprimación' antes de pintar y elegir un tipo de pintura microporosa que deje respirar a la madera. Si se prefiere, se puede aplicar únicamente barniz y protector ya que aporta cualidades de resistencia e impermeabilidad respetando el color original.
Buena climatización para electrodomésticos y calderas
Aunque los electrodomésticos llegan de fábrica preparados para combatir las temperaturas, también sufren la dilatación de algunos de sus componentes metálicos cuando se exponen al calor excesivo. Por ello, lo más apropiado es mantener una buena climatización de la zona donde estén instalados.
Mimos para el parquet
Lo que deteriora el parquet son los fuertes contrastes de los cambios de temperatura a lo largo del año. No existe una fórmula mágica para prevenir esto, y la única solución al respecto es acuchillar el suelo y volver a barnizar. Para el cuidado diario y para una correcta conservación, los profesionales de Reparalia recomiendan utilizar jabones neutros su limpieza y mantenerlo bien nutrido.