El polen del ciprés ha inaugurado la campaña de alergia 2019. Los pólenes, que se forman en las flores de las plantas, son causa de alergias, cuyos síntomas son rinitis, conjuntivitis y asma. Según la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), los pólenes pueden causar inflamación interna crónica de bronquios, nariz y ojos.
Cada planta tiene su propia polinización, por eso es importante que las personas con síntomas sepan a qué planta concreta tienen alergia. La SEICAP distingue tres clases de plantas (no es una clasificación botánica, sino de alergias):

1. Árboles: olivo, ciprés, plátano sombra, abedul, encinas, fresno.

2. Gramíneas: cereales (trigo, centeno, arroz, maíz, cebada) y silvestres (césped, hierba). La alergia a las gramíneas no implica la alergia a la harina (gluten). Por lo general, quien tiene alergia a una gramínea, tiene alergia a todas. Es lo que se llama reactividad cruzada.

3. Arbustos y malezas de muy distintas familias.

Prevención: medidas básicas

Medidas básicas de prevención
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Los pólenes viajan a través del aire, por eso las medidas de prevención son limitadas. Lo primero es identificar a qué planta se tiene alergia. Evitar pasear y practicar deportes por zonas verdes en períodos de alta concentración de alérgenos; evitar cortar el césped; en el coche, llevar la ventanilla cerrada; evitar también los desplazamientos en moto y en bici en días de alta polinización; usar gafas de sol; en casa, mejor descartar alfombras y moquetas, ya que acumulan polvo y polen.

Calendario de la floración: el polen está en el aire

Calendario de floración
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Febrero y comienzos de marzo: polen del ciprés. Los síntomas comunes son: rinitis (picor en ojos, nariz y garganta, ojos llorosos), conjuntivitis y asma.

Marzo y abril: plátano de sombra (foto), árbol muy común en las ciudades. Resiste bien la contaminación. Las reacciones alérgicas son rinitis, conjuntivitis y asma.

Mayo y junio: gramíneas y olivo. Provocan congestión nasal, tos, estornudos, picor, fatiga… La concentración de polen depende de la geografía: por ejemplo, no hay polinización del olivo en el Cantábrico, ya que en esa zona no se cultiva.