Magdalena de Suecia no se llamará O'Neill tras la boda
En la solicitud que la princesa Magdalena ha enviado a la delegación de Hacienda figura que mantendrá su nombre de soltera tras su boda con Christopher O'Neill.
"La princesa continuará llamándose tal y como se llama ahora", explicaba recientemente Ingegerd Widell, funcionaria de la 'Skatteverket', a los medios suecos.
La llamada "Skatteverket" es el equivalente a la Hacienda o Tesoro Público en España, la oficina recaudadora de impuestos. Este estamento público sueco es también el que controla los cambios de nombre y el estado civil de todos los ciudadanos, además de sus ingresos.
El hecho que Magdalena, como todos los ciudadanos, tenga que enviar una solicitud a Hacienda antes de la boda es la forma que el Estado controla los cambios de nombres y apellidos por diversas causas, como el matrimonio, con el fin de que no puedan darse casos de bigamia o bien que ambos contrayentes sepan si el cónyuge ha estado casado antes, tiene hijos de relaciones anteriores o es un primo hermano cercano.
La princesa continuará con los nombres de Madeleine Thérèse Amelie Josephine. Y como las princesas no tiene apellidos, usará el nombre de la dinastía: Bernadotte.
En la solicitud al 'skatteverket', que fue enviada a mediados de mayo, la princesa tampoco ha añadido el apellido O'Neill, como se apellida su marido, al suyo.
Bertil Ternert, jefe de información de la Casa Real, dice que "es su decisión" y que no tiene ningún comentario al respecto.
Según los expertos, no es normal hacerlo así. Tanto la princesa Birgitta como Margaretha, por ejemplo, añadieron el apellido de sus maridos a sus nombres.
Pero por lo visto Magdalena quiere así mostrar que mantiene su presencia en Suecia, que es una princesa sueca, y que no dejará de serlo por casarse con un extranjero.