- Violeta Mangriñán: “Sufro anorexia y me está quitando la vida”
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Violeta Mangriñán siempre ha sido una mujer de armas tomar a la que parece que poco le importan las críticas, pero a pesar de ser muy fuerte contra viento y marea, ella también tiene su talón de Aquiles, y ahora Violeta ha confesado que vuelve a sufrir su Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA) que tantos dolores de cabeza le ha dado en el pasado: la anorexia y así lo confesaba hace poco en redes sociales. Ahora ha hablado sin complejos de ello con Carlota Carredera en 'Sálvame'. “Sufro anorexia y me está quitando la vida. Hay temporadas que no como absolutamente nada”, ha reconocido durante una complicada entrevista en la que ha terminado entre lágrimas.
“Cuando empezó en la tele es cuando cambié, dejé los anticonceptivos y engordé siete kilos. Estaba hinchada y me vi tan mal que empecé a obsesionarme y sigo igual”, ha contado Violeta explicando cómo durante 'Mujeres y Hombres y Viceversa' empezó su calvario. La novia de Fabio tiene muy claro cuál es su principal problema: “Estoy obsesionada con no engordar”.
Pero además su anorexia se complica debido a su tipo de trabajo como influencer en el que su imagen es muy importante. “El 95% de mis ingresos viene de mis redes sociales”, ha contado Violeta para contar el suplicio que supone para ella hacerse fotos. “De 30 días que tiene el mes, hay cuatro en los que me veo bien, pero 26 me veo fatal. Mi novio está harto porque él me hace las fotos para las redes y nunca me veo bien. Es un drama. En casi todas las fotos que subo nunca me veo bien. No tengo seguridad”, contaba la valenciana con miedo a no explicarse bien o a que no la entendieran.
Ese miedo hacía que Violeta se derrumbara y terminara llorando. Sin embargo, Carlota Corredera le tranquilizaba animándole a continuar. Así es como la ex superviviente contaba lo mal debido a su obsesión por tener hábitos saludables. “Cuando como una pizza o algo menos sano de lo normal, me castigo muchísimo, al día siguiente lo paso fatal. No soy bulímica, nunca he tratado de vomitar, pero a lo mejor estoy tres días que solo como un filete de pollo o una pieza de fruta”, explicaba.
Además, Violeta Mangriñán ha querido dar las gracias públicamente a Marta López, la novia de Kiko Matamoros, por la ayuda moral que le está brindando. “Solo una persona que lo ha pasado te puede entender”, reconocía. Su compañera de profesión le mandaba un mensaje de ánimo: “De eso sale, lo más importante es querer salir. Es una enfermedad muy dura. Es muy valiente”.
La valenciana, tras varios días de preguntas de sus seguidores en redes sociales y ella haciendo caso omiso, finalmente ha encontrado el momento en el que sincerarse, y lo ha hecho para su cámara del canal MTMad: "No soy una enferma terminal ni mucho menos, pero sí tengo un problema, y el primer paso para solucionarlo es reconocerlo".
La novia de Fabio Colloricchio ha creído que les debe "una explicación" a sus seguidores, porque efectivamente, vuelve a luchar contra su trastorno: "Normalmente, intento comer sano de lunes a domingo, pero un día me salto la dieta, y esos días que lo hago me siento muy mal hasta el punto en el que, después, me tiro dos o tres días sin comer, y es mi propia pareja la que me dice ‘ya está bien, necesitas ayuda’".
Violeta lo sabe, pero no puede evitar sentirse mal, y por eso ha buscado ayuda de la mano de un psiquiatra especializado, porque ni siquiera contarlo a su entorno le sirve de nada: "A la novia de Kiko Matamoros, Marta López, la tengo martirizada, pero porque ha pasado por un problema igual y siempre tendemos a desahogarnos con quienes nos pueden entender mejor. Yo llamo a mi madre o mis amigas, y no me entienden. Mi novio tampoco me entiende. Necesito a alguien que se ponga en mi situación, y ella me está ayudando muchísimo. Porque yo sé que porque un día que me coma un helado no pasa nada, pero no puedo evitarlo: al día siguiente me siento TAN mal…", revelaba.
"Contarlo me da vergüenza, porque me cuesta compartir mis debilidades o mis 'trapos sucios', pero me pasa eso, necesito ayuda, la he buscado y la he encontrado. Antes, cuando vivía en Valencia, tenía una psicóloga, pero ahora por el COVID y por trabajo, no me viene bien ir tan de seguido hasta allí, así que he tenido que buscar ayuda más cercana en Madrid, porque no puedo seguir así". Al menos, Violeta ha reconocido que lo que le pasa no está bien, y ha decidido ponerle remedio antes de que le pase factura de verdad. ¡Mucho ánimo, Violeta!