- La madre de Isabel Preysler ha fallecido a los 98 años
Estos días están siendo de lo más complicado para Tamara Falcó y su familia. La marquesa de Griñón está siendo un apoyo incondicional para su madre, Isabel Preysler, y así pasar estos duros momentos acompañadas y tranquilas. La relación entre madre e hija es maravillosa y Tamara no se ha querido separar de Isabel en las últimas horas en las que juntas se han despedido definitivamente de Beatriz Arrastia.
Ayer, la marquesa de Griñón se dejó ver saliendo de la casa familiar en Puerta del Hierro vestida de riguroso luto en su coche. En el domicilio se ofreció una misa oficiada por el Padre Ángel con la familia y amigos más íntimos. Tamara Falcó pudo reencontrarse con su hermano, Enrique Iglesias, que ha vuelto a España para acompañar a su progenitora. La diseñadora iba sola en su coche y se ha marchado rápidamente. No ha dicho ni una palabra y sigue guardando silencio en sus redes sociales.
Esta mañana, Tamara se ha vuelto ha dejar ver saliendo de la casa familiar. Esta vez iba con su uniforme de la escuela de cocina y se la notaba un poco más animada. La marquesa ha saludado a la prensa que se encontraba a las puertas del domicilio familiar con una tímida sonrisa.
Tamara Falcó estaba muy unida a su abuela, que vivía también en casa de Isabel Preysler. En una entrevista con Carlos Sobera, Beatriz confesaba que, aunque adoraba a todos sus nietos, Tamara era "lo mejorcito de la familia". "Es estupenda. Hay que admirarla porque ha montado un negocio y da gusto verla", explicaba.
La marquesa de Griñón vive un momento muy dulce. Sus estudios para ser una chef de éxito le van estupendamente y en lo personal igual. La relación con el empresario Iñigo Onieva va viento en popa y han disfrutado de unas vacaciones de cuento de hadas. Esperemos que lleve este varapalo lo mejor que pueda, tanto ella como su familia, y que pronto recuperen la sonrisa.