"La verdad es que no se puede estar bien siempre, no se puede estar siempre feliz". Así comenzaba el que ha sido el discurso más personal e íntimo de Aitana, una verdadera lección de humildad. La catalana, que recogía el premio Music de los Bazaar Women of the Year 2024, ha enmudecido a los allí presentes durante los cuatro minutos que ha estado sobre el escenario con una confesión muy sincera con la que reivindica el derecho de mostrarse vulnerable.
"Es imposible una vida perfecta y, sin embargo, quienes muchas veces somos referentes de los más jóvenes, somos responsables, especialmente las mujeres, de ser un buen modelo para ellas. Y nuestra mejor voluntad puede volverse de nuestra contra. O lo que es mejor, en contra de ellas", explicaba la intérprete. "Yo estoy muy feliz por este premio a mi música, por todo lo que me rodea. Y estoy muy agradecida por la vida que tengo, y sobre todo por las personas que me rodean. Eso no impide que muchas veces esté triste. En estos últimos meses lo he estado y lo estoy. He tenido un bajón emocional que, desde fuera, puede parecer incomprensible porque lo tengo todo, y es cierto. Pero las personas no somos lo que tenemos, sino quiénes somos, qué nos sucede y cómo reaccionamos ante ello", confesaba una emocionada Aitana.
La intérprete catalana ha querido hacer referencia a la presión que se ejerce del exterior a las mujeres y que muchas veces les impide de manifestar, en voz alta, que no tienen el control de la situación "porque parece que no hay espacio para la vulnerabilidad dentro del empoderamiento". Ella misma asegura estar aprendiendo a ver que realmente "el valor se demuestra poniéndolo a prueba en las batallas cotidianas, pequeñas o grandes, a las que enfrentamos". La verdadera batalla no está detrás de la muralla, donde tal y como Aitana confirma estamos seguras e invencibles, "si queremos ser fuertes, si queremos ser valientes, tenemos que salir de ella y mirar nuestros problemas de cara".
A las propias circunstancias que la vida nos pone por delante, la artista señala la carga extra que suponen para los desafíos profesionales que aparecen de forma inesperada y que, en su caso, afectan a todo su entorno. Además de problemas de salud, factores externos... Todo se va convirtiendo "en una pequeña montaña que, a veces, cuesta escalar". Sin embargo, Aitana tiene claro que no quiere meterse debajo de la alfombra y decir que está bien cuando en realidad no lo está, "porque la salud mental es tan importante como la física". Aunque no oculta su decepción al ver que los estigmas a su alrededor siguen vigentes y hablar de ello nos sigue viendo como débiles y vulnerables.
Aitana tampoco ha querido perder la oportunidad de hablar de la dramática situación que existe actualmente sobre la violencia de género y los datos alarmantes que apuntan a España, resaltando la importancia de alzar la voz, en cualquier circunstancia: "Al final, como no voy a estar triste o cómo no vamos a estar tristes, no hay más que ver todo lo que ha salido estos días en los medios. Casos evidentes en los que la vergüenza que sentimos las mujeres nos impide expresar el dolor que sentimos o que hemos sentido. Heridas, que se hicieron de nuevo por otros, pero también por algunas circunstancias que nos superan, y permiten que se perpetúen comportamientos que son tóxicos, nocivos y asquerosos. Yo solo quería decir aquí que todas las heridas deben curarse, las que se ven y las que no se ven. Y está bien contar lo que te pasa y por qué, ya sea hoy, ayer o hace tres años. Y sobre todo no tener miedo a decir quién te ha hecho daño o qué te ha hecho daño. No ocultemos nuestro dolor cuando sea invisible como nos han enseñado qué hay que hacer, porque todas las heridas que no son tratadas, lo único que conseguimos es que empeoren, se infecten y al final salimos peor paradas. Creo que compartirlo es lo más responsable y efectivo para acabar con esta plaga"