En su nueva novela, Juan trata temas tabú para una sociedad cada vez más encorsetada, no así para Claudio, el protagonista de la historia.
¿Cree que el sexo es un bálsamo contra la inseguridad?
Sí, porque sirve para muchas cosas, no sólo para dar placer. A Claudio le ocurre que con el sexo ha cubierto otras funciones y ha estado provisto de algunas cosas que no han sido demasiado naturales ni buenas.
¿Por ejemplo?
En el sexo no siempre te lo pasas bien. Hay parejas a quienes sólo les une el sexo y nada más, eso es un valor positivo porque todo lo que mata el aburrimiento y te produce placer, es bueno. En cambio si lo que buscas es salvarte a través del sexo, eso es menos sano y hay que superarlo.
¿Cómo?
Yo el sexo lo encaro desde el respeto, de igual manera que lo encaran los personajes de mi novela.
¿La fidelidad está tan sobrevalorada como dice Nuria?
Eso es algo que ya hemos comentado en otras ocasiones. No todo el mundo nos ha criticado, nueve de cada diez comentarios han sido de respeto. Después hay quien se hace eco de las descalificaciones para construir un relato, y eso es lo que ha ocurrido con lo que dijimos en "El hormiguero".
¿El morbo vende?
Mira Rosa, una novela tiene que llegar a la gente y tiene que darse a conocer. Yo cuando la escribía no iba buscando el morbo, pero lo hice con todas las consecuencias porque Claudio tiene muchas cosas mías, nunca lo he negado.
¿Le enseñó a Nuria lo que estaba escribiendo?
Siempre, la única persona a quien consulto es a Nuria. A mí lo que me importa son los pasos atrás que está dando la sociedad, por eso he querido dejar claro que es una novela comprometida, conveniente.
¿No ha sentido pudor mostrándose tan desnudo?
No, la novela me excede a mí porque el personaje de Claudio es muy potente, también los papeles de las protagonistas. Pero es verdad que ha habido momentos que me superaba, tenía que ser así.
¿Piensa seguir en esta línea?
Ahora no, pero seguiré escribiendo porque es lo que más me gusta hacer.
Hay jóvenes que acceden al sexo a través de las redes.
Es el mundo que nos está tocando vivir y no tiene vuelta atrás. A partir de ahí nos iremos ajustando todos, pero tenemos que ir aprendiendo a convivir con este nuevo tiempo.
¿Como padre le preocupa el fenómeno?
Me preocupa aunque no creo que este tema sea exclusivo de esta generación, por más que ahora los jóvenes tengan más fácil el acceso al porno. Hay que estar formado porque si no lo están pueden deformar la realidad, y si con 15 años ya lo ves bajo ese prisma, es posible que después te cueste remontar.
Tiene tres hijos, ¿cómo les enseñan a manejar las nuevas tecnologías?
No es fácil. Hay que buscar el equilibrio entre la persecución de estar pendiente de todo lo que hacen o dejarles libertad porque no puedes estar permanentemente vigilándoles. Al final ellos se van a terminar equivocando y acertando solos , y lo que tienes que hacer es estar pendiente de sus reacciones.
¿Es lo más importante?
Lo más importante es saber si están contentos, si se ríen, y a partir de ahí, harán cosas que se te escapan, como a mis padres se les escapaba lo que yo hacía.
Su educación y la de sus hijos es muy diferente.
Al final la parte importante de la educación tiene que ver con los valores que me han dado mis padres, y eso no cambia tanto, como tampoco cambia el amor que das a tus hijos o el que nosotros recibimos. Hay que darles armas para que sepan protegerse, controlarles excesivamente es perjudicial.
¿Qué armas le dieron para empezar a vivir?
Te va a sorprender pero después de terminar de escribir la novela, creo que soy mejor persona que cuando la comencé.
¿En serio?
Sí, porque me he dado cuenta de lo mucho que me han querido mis padres y mi familia. Ellos me dieron amor, sentido del humor, sobre todo mi padre que tiene mucha retranca, y también capacidad de hacer cosas sin pensarlas, que para mí ha sido fundamental.
¿Se ha equivocado mucho?
Sí, pero eso forma parte de la vida igual que el fracaso.
¿Fue muy rebelde?
Mucho, lo cuento y no me preguntes por qué he sido tan rebelde porque no lo sé. Yo no fui un adolescente cómodo para mis padres, en eso he tenido mucha suerte con mis hijos, que son más tranquilos que yo.
¿Qué le gustaría que heredasen de ustedes?
En mi casa se respira bastante risa porque nos reímos mucho, y porque creo que es algo que une a las familias. Yo no soy un padre pendiente de que saquen sobresaliente, no, nosotros lo que intentamos es que socialmente les vaya bien, que tengan amigos, y que sean felices.
Ha sido cronista taurino, ¿tanto le gusta la Fiesta?
Yo dejé el periodismo taurino en 2001, porque me apetecía hacer otras cosas, pero no voy a negar que me gusta mucho, que sigo en contacto con toreros y gente del mundo del toro, pero no creo que vuelva a retomar esa faceta, aunque siempre que escribo meto algo de toros.
¿Cree, como dicen los antitaurinos, que hay que acabar con los toros?
El toreo lo concibo como un espectáculo completamente distinto a cualquier otro. No está tan mal como parece, aunque se viva un momento delicado. Dicho esto, creo que el toreo debe ser un espectáculo discutible.
¿En qué sentido?
Como aficionado entiendo a los antitaurinos, porque estamos hablando de un espectáculo difícil de entender y de sentir. Ahora bien, cuando te atrapa es lo mejor del mundo, pero no podemos olvidar que estamos en 2017 y no se puede negar que intelectualmente es muy discutible.
¿Qué lleva a un joven a jugarse la vida en el ruedo?
Los toreros se mueven por otros parámetros que nosotros. Les mueve la ilusión, y una búsqueda constante de emociones, que sólo en ese mundo pueden encontrar.
¿Tienen sustitutos Ponce, el Juli, Manzanares?
Todo evoluciona, y siempre ha ocurrido igual, cuando alguien se marcha, otros vienen. Me ha pasado a mí. Yo no soy nostálgico, pero la memoria es imprescindible aunque termine siendo una trampa porque no puedes vivir pensando que lo de antes era bueno y ahora es lo contrario.
¿Qué le parece que Carmena contrate a Joselito para dar clases en Batán?
Independientemente de lo que haga Manuela Carmena, a quien respeto muchísimo, los políticos siempre buscan votos y parece que ahora lo que prima es lo antitaurino. No sé si en este caso es así pero por la parte que me toca me parece que es positiva la decisión de la alcaldesa de Madrid.
¿Cómo vivieron que a Nuria le quitaran el programa que iba a hacer en Barcelona?
Con mucha frustración, de igual manera que cuando se lo ofrecieron le hizo mucha ilusión. Lo peor fue que la despidieron por burofax, ha sido una locura más de todo el proceso catalán. El programa era de entretenimiento y eso no tenía cabida en TV3.
¿Cómo vive un progresista de izquierdas lo que está ocurriendo?
Con preocupación, tanto en lo que respecta a los temas que afectan a la mujer como en lo político. Yo creo que hay un problema de cobardía porque nadie se quiere mojar y prefieren decir cosas correctas que no molesten, y eso es preocupante.
¿Estamos en lo políticamente correcto?
Así es, por eso cuando dices algo que no se atiene a lo que impera, las redes explotan y te crujen. Yo creo que tanto escritores como intelectuales, y gente que tiene representación pública, no pueden ser cobardes y callar lo que piensan, porque nos estamos empobreciendo en todo, y eso es muy triste.
¿Ustedes se han sentido presionados en algún momento?
No, siempre hemos trabajado con mucha libertad, aunque a veces cuando decía algo que se salía del guión, algunos protestaban, pero en general la gente echa de menos que se digan cosas, que nos mojemos.
¿Se tiende a agruparnos?
Sí, por ejemplo si yo soy taurino tengo que ser de derechas. Déjame que piense como quiera, siempre que respete a la gente. Yo tengo un gran sentido del Estado, y en mi casa también, pero eso no me impide mostrarme como soy. Yo tengo muchos defectos y alguna virtud, pero cobarde no soy.
¿Cómo combaten el tedio trabajando y viviendo juntos?
No hay fórmulas, lo que me pasa con Nuria es que me gusta mucho, cómo es y cómo hace las cosas, y aunque parezca una obviedad después de 19 años juntos, no lo es. Otra cosa es que nos admiramos.
¿La posesión lleva al machismo?
Que el acoso, la posesión, desembocan en el machismo, es algo que nadie pone en duda. Lo estamos viendo, por eso es tan importante entender que la otra persona es libre y está contigo porque quiere.
¿Quién es él?
Nació en Madrid, en 1970.
Trayectoria: Ha trabajado en periódicos, revistas, radio y televisión. Guionista, director, presentador y productor, compartió micrófono con Nuria Roca, su esposa, en el programa "Lo mejor que te puede pasar", el despertador de Melodía FM. Juntos escribieron también dos libros: "Para Ana (de tu muerto)", y "Lo inevitable del amor".
"Parece mentira", su última novela, editada por Espasa Calpe, se ha colado ya en la lista de los libros más vendidos.
Familia: Nuria Roca y Juan del Val se casaron en Valencia, en 2000. Tienen 3 hijos: Juan, Pau y Olvido. Recientemente la pareja se ha visto envuelta en medio de una polémica tras declarar en "El hormiguero" que la suya es "una relación abierta" y que "la fidelidad no es tan importante".
En pocas palabras
¿Su mayor defecto?
Hablo muchísimo. Desde pequeño mi padre decía que era insoportable.
¿Coqueto?
Mucho, según me voy haciendo mayor mucho más. Me gusta la moda y la ropa.
Asignatura pendiente.
El inglés, chapurreo algo pero me gustaría hablarlo con fluidez.
Mi foto favorita
"Esta foto está tomada en Calella, durante un maratón, después de once horas de sacrificio, algo que se nota en la foto, pero sabiendo que pese a todo voy a continuar".