En la familia Franco, salvo Carmen Martínez Bordiú, todos son muy discretos
-Usted lleva más de 30 años casada.
-Toda una vida, en todos los sentidos. En nuestro caso la relación ha evolucionado hasta llegar donde estamos, felices y contentos.
-¿Cómo ha logrado sobrevivir en una familia como los Franco, tan expuesta a la crítica?
-Como imagen, yo sigo siendo yo, quizá porque llevo muchos años trabajando y no se me identifica con mi familia política. Y porque creo que ellos no son tan mediáticos como pueda imaginar la gente, a excepción de Carmen, el resto son muy discretos.
-¿Se siente una privilegiada?
-Sí lo soy, pero tampoco he dado motivos para lo contrario. Yo me siento querida y respetada, pero es verdad que no me he expuesto, ni siquiera cuando trabajaba a diario en televisión, pero como tantos otros compañeros de mi misma profesión.
-Proposiciones deshonestas sí habrá recibido.
-¿Para contar mi vida? Sí, en su momento, hace muchos años, pero vista mi trayectoria, ya saben cómo soy y lo que pienso.
-Ha pasado de los 50 ¿le preocupa?
-Es lógico que vaya evolucionando con la edad, entre otras razones porque tengo más tiempo libre para mí, ahora que mis hijos son más mayores. Yo me he preocupado de ser madre, de ser una gran profesional, y es ahora cuando siento que tengo que preocuparme de mí como persona.
-¿Qué no ha hecho que le gustaría hacer?
-Viajar más, viajes de chicas, y todo lo que tenga que ver con la salud, la nutrición y el bienestar emocional, me interesa mucho. Quiero matricularme en un taller de escritura, además de seguir trabajando y aprendiendo del mundo de la comunicación, en cualquiera de sus áreas.