La triste noticia se ha confirmado. La duquesa de Alba ha fallecido como consecuencia de una neumonía y un fallo multiorgánico a las 9.30 de este 20 de noviembre en su dormitorio y rodeada de sus seis hijos y su marido. Lo ha hecho oficial el alcalde de Sevilla, ciudad donde ha muerto y a la que tan unida estaba. ''Doña Cayetana siempre llevó a Sevilla en el corazón y por eso permanecerá para siempre en el corazón de Sevilla. Descanse en paz'', escribía en su Twitter. Nada más conocer su muerte y antes del comunicado oficial, la familia decidió comunicárselo en primer lugar a los reyes don Felipe y doña Letizia.
Estaba previto que los restos mortales de la Duquesa fueran trasladados a las 12 de este mediodía al Salón Colón del ayuntamiento de Sevilla, el más grande y noble del Consistorio hispalense, donde se celebran los plenos municipales, pero se ha ido retrasando.
Es en este lugar donde se instalará la capilla ardiente en la que a buen seguro se crearán largas colas. Miles de personas quieren despedirse de doña Cayetana, una mujer pasional, que amaba Sevilla y que se ha aferrado a la vida hasta el último momento. Antes se celebrará en la intimidad una pequeña capilla ardiente en Dueñas. Está previsto que el féretro, cubierto por una bandera de España y otra de la Casa de Alba, y que recorrerá catorce calles, esté escoltado por cuatro miembros de la Policía Local de gala y flanqueado por las banderas de España, Andalucía y Sevilla. La capilla ardiente estará presidida por un crucifijo, dos cuadros del Señor de la Salud y María Santísima De la Angustia Coronada. La capilla ardiente permenecerá abierta mientras haya persona que quieran dar el último adiós a la aristócrata.
Doña Cayetana dejó dicho que quería ser incinerada y que sus cenizas descansasen a los pies del Cristo de los Gitanos, en Sevilla, aunque quizá repartan las cenizas entre Sevilla y Loeches, donde ese encuentra el panteón familiar.
El funeral está previsto para este viernes a las 12 de la mañana. Lo oficiará Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla, que ha ofrecido a la familia la catedral de Sevilla. Está previsto que asistan los Reyes y otros miembros de la realeza europea.
La duquesa se encontraba en el Palacio de Dueñas, donde sus hijos, después de hablar con los médicos, decidieron llevarla en la noche del martes 18. Había ingresado a las nueve de la noche del domingo 16 en un hospital sevillano con una gastroenteritis que derivó en una neumonía.
A pesar de que al principio tuvo una ligera mejoría, las primeras 48 horas, que eran claves en su evolución, no fueron como se esperaba. Doña Cayetana no respondió al tratamiento. En estado crítico, sus hijos decidieron, aunque la decisión no fue unánime, llevarla al Palacio de Dueñas, su residencia en los últimos meses y que tanto le gustaba.
En las últimas horas las noticias no eran esperanzadoras. Doña Cayetana estaba inconsciente, sedada, con respiración asistida... su estado era crítico hasta que al final este 20 de noviembre se ha producido su triste muerte.
Junto a ella han estado en sus últimas horas toda su familia: su marido, que no se ha separado de ella un solo momento; sus seis hijos (los primeros en acudir fueron Carlos, Cayetano y Fernando; en seguida se sumó Eugenia; y en la mañana del miércoles llegaban Alfonso y Jacobo). También a lo largo del miércoles llegaron al palacio para acompañar a doña Cayetana sus nietos, entre ellos una rota Tana, que estaba muy unida a su madre y no podía ocultar sus lágrimas. También acudieron sus exnueras, Eugenia Fernández de Castro y Genoveva Casanova. Sólo ha faltado Fran Rivera, con quien en los últimos meses su relación se ha roto después de que el exdiestro solitase judicialmente la custodia de su hija. El joven se encuentra en estos momentos en México.
En la imagen, Cayetano, nada más conocerse la noticia de la muerte de la Duquesa.