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En 2021 se la acusó de ser una estrella de la antigua escuela cuando demandó a Disney por haber estrenado 'Viuda Negra' simultáneamente en salas y en su plataforma, lo que limitaba los beneficios que ella se llevaba por taquilla. Se la comparó con Olivia de Havilland, quien dinamitó el sistema de estudios en los años 40, cuando denunció los abusos de la Warner con los actores. En el caso de Scarlett Johansson (Nueva York, 1984) el asunto se saldó con un acuerdo y hoy todos son parabienes hacia Marvel, para cuyas franquicias trabajó 10 años. Recientemente tuvo otro frente abierto contra Open AI, compañía propietaria de ChatGPT, por utilizar una voz sospechosamente parecida a la suya para su asistente virtual, Sky. La idea no era muy original: ya había prestado su voz a una inteligencia artificial de la que se enamoraba un humano en 'Her' (S. Jonze, 2013). En cuanto a la acusación de diosa de Hollywood que defiende su bien ganado estatus, le va también como anillo al dedo. "No voy a dejar de decir lo que pienso", ha comentado en más de una ocasión, sin que eso le haya impedido ser la actriz mejor pagada de la industria durante años.
Lo cierto es que la hemos visto crecer en pantalla desde sus primeros papeles de niña en 'Manny y Lo' (L. Krueger, 1996) o adolescente de 'Ghost World' (T. Zwigoff, 2001), hasta su vida adulta. De hecho, su voz ronca es una de las herramientas que le permitió hacer una transición perfecta, interpretando desde muy joven papeles de más edad de la que verdaderamente tenía. Le ocurrió en 'Lost in Translation' (S. Coppola, 2003) o 'Match Point' (W. Allen, 2005). Así que sin haber cumplido los 40 lleva más de 25 años en la cima con un currículum que incluye rarezas como la extraterrestre de 'Under the Skin' (J. Glazer, 2013), dramas de personajes como 'Historia de un matrimonio' (N. Baumbach, 2019) o la fábula 'Jojo Rabbit' (T. Waititi, 2019), por las que obtuvo sendas nominaciones al Oscar. Ahora se centra en la producción con 'Fly Me to the Moon', un drama romántico sobre la misión del Apolo XI que juega con la teoría de que el hombre nunca llegó a la Luna y todo lo que hemos visto desde entonces no es más que una simulación rodada en un plató que ya está disponible para compra y alquiler en Apple Tv. "Deberíamos haber llamado a Kubrick", dice en un momento dado Kelly, personaje de Johansson en el film.
La falsa llegada a la Luna ha sido un tabú durante 45 años. ¿Debutar con su productora, These Pictures, convirtiéndolo en comedia romántica es una osadía?
La película nació con mis socios, cuando nos planteábamos cómo habría sido eso de falsear el alunizaje, en caso de haberse hecho. Encargamos el guion a Rose Gilroy, que tiene una imaginación increíble y, en principio, no pensaba interpretarla yo. Pero cuando lo leí me pareció tan bien escrito y los diálogos eran tan buenos, que pensé que no podía dárselo a nadie. No se ven muchos personajes así y quise hacerlo yo misma. Después me confesaron que estaban deseando que yo dijera eso.
Tres, dos, uno... despegue
La historia une el nacimiento del marketing moderno con la carrera espacial, la Guerra Fría y la administración Nixon. ¿Fue difícil dar con el tono de semejante mezcla?
El tono estaba ya en las páginas, así que solo había que encontrar un director que lo apreciara bien, y ese era Greg Berlanti. Encajaba como un guante porque es divertido, listo y entendió bien esa pátina de nostalgia que tiene la historia. Confiamos en él para capturar el espíritu de ese tiempo y nos ayudamos de la diseñadora de vestuario, Mary Zophres, quien ha trabajado mucho con Damien Chazelle, en 'La ciudad de las estrellas (La La Land)', 'First Man' o 'Babylon'.
Parte del rodaje se llevó a cabo en el Kennedy Space Centre de Cabo Cañaveral y trabajadores de la NASA durante el Programa Apolo ejercieron de asesores. ¿Qué aporta esto a la película?
Fue absolutamente inspirador. No puedes imaginar el tamaño que tienen esas instalaciones, creo que es la construcción vertical más alta que existe en el mundo. Y claro, mientras rodábamos la gente seguía trabajando allí, estaban construyendo cohetes. Es un escenario bastante surrealista en medio de esos humedales, yo nunca había visto nada parecido. Nos dieron acceso a mucha información porque entendieron que la película celebra el logro que fue aquello y aplaude el trabajo de quienes consiguieron uno de los mayores hitos de la humanidad. Rodar allí nos permitió dar a la producción ese aire de inmensidad.
Vivimos en una época plagada de fake news y teorías conspiranoicas. ¿Qué relectura puede tener hoy esta película sobre la supuesta fabricación de la mentira más grande de la historia?
Lo que podemos sacar de aquí es la importancia que tiene la realidad, frente a la verdad. La verdad está cubierta de un poso de tu propia percepción, mientras que la realidad trata de hechos. Es una diferencia a tener en cuenta en este momento de búsqueda de verdades, fake news y mentiras de los medios flotando a nuestro alrededor. Está bien abrir una conversación en la que la gente pueda plantearse, desde fuera, las cosas que no sabe o las que cree que sí sabe.
¿Alguna vez ha dado credibilidad a esa verdad alternativa de que el hombre nunca llegó a la Luna?
Desde luego que no, pero es increíble la estadística que dice que el 60 por ciento de los jóvenes entre 18 y 25 años lo cree. Es algo que me deja alucinada.
¿Con qué teoría de la conspiración le gustaría comulgar?
¿En plan ‘Elvis está vivo’? En realidad lo sigue estando tanto… Aunque me quedo con esa de que Dolly Parton está completamente tatuada y por eso la vemos siempre con manga larga. Hay mucha literatura sobre eso.
Superproductora en Hollywood
Tiene en cartera varios proyectos como productora. ¿Qué sello reconocible le gustaría que tuvieran todos ellos?
Hacer una película requiere una enorme cantidad de esfuerzo y de dinero, así que lo que busco en aquellas en las que nos embarcamos es que verdaderamente lo merezcan, que valgan la pena. Es una cuestión de calidad más que de cantidad o de un tipo de narrativa concreta.
Cada vez hay más mujeres en producción y dirección. ¿Qué cambios percibe en la industria como consecuencia de ello?
Para mí es difícil tener perspectiva sobre esto porque llevo mucho tiempo trabajando con directoras. De hecho, me han dirigido tantas mujeres como hombres, así que nunca me ha parecido que hubiera un déficit en esto. Sin embargo, creo que sí hay una falta de reconocimiento en cuanto a premios y festivales. Aunque hayan dirigido alguno de los éxitos más grandes a nivel comercial, van a parar casi siempre a directores. Creo que es algo estructural en la sociedad, no de la industria del cine.
¿Existen ahora papeles femeninos que no habrían existido hace 20 años?
Hace 20 años yo tenía 19 y ahora estoy a punto de cumplir 40, así que obviamente me llegan papeles diferentes, pero siempre ha habido grandes historias de mujeres y protagonistas estupendas. Lo que veo es una mayor diversidad en las historias y en la forma de reflejar a las personas de nuestra sociedad. Eso sí es diferente.
Uno de sus primeros papeles fue bajo la dirección de Robert Redford en 'El hombre que susurraba a los caballos'. ¿Cómo le influyó aquella experiencia siendo una niña?
Hace tanto tiempo que me cuesta bastante recordarlo. Pero fue un momento absolutamente transformador para mí, estaba entrando en la pubertad, tenía 12 años. En ese momento empezaba a formarme como persona, a saber quién era como individuo o cuál era mi rol en mi familia. Creo que en esa época entendí claramente que eso que hacía como hobby podía ser un trabajo de verdad. Comprendí que había algo más que un acercamiento intuitivo a la interpretación, que se podía trabajar en hacerlo mejor, entendí que existía una artesanía para hacer eso. Robert fue encantador, nunca me trató con condescendencia sino que me respetó como actriz. Como una actriz que estaba llena de curiosidad, nerviosa por estar aprendiendo algo nuevo. Pasó mucho tiempo conmigo, tuvo mucha paciencia. Así que recuerdo aquello como una experiencia muy bonita, muy tierna. Además estábamos en un paisaje precioso. Fue una maravilla estar allí.
Hace 20 años que se estrenó 'Lost in Translation', primera película en la que hizo verdaderamente de adulta. En los tres años siguientes rodó una docena de películas. ¿Fue un momento decisivo en su carrera?
Sin duda. Rodé Lost in Translation con 17 años y dos meses después empecé La joven de la perla. Recuerdo que cumplí 18 en ese rodaje. Así que esa época en la que estaba esperando a que se estrenaran las dos películas fue muy especial. Mis 19 años fueron muy intensos, con esa sensación de esperar a que la espuma subiera. Yo sabía los trabajos que había hecho, pero tenía ese nerviosismo de querer anticipar si iba a cambiar mi vida. ¿Cambiarían esas dos películas mi panorama? ¿Sería capaz de afrontar otro tipo de trabajos como protagonista o con directores a los que admiraba? ¿Sería percibida ya como una actriz adulta? De ser así, ¿cómo sería esa transición? Así que sí, esa etapa fue un tremendo punto de inflexión para mí y mi desarrollo.
Se encuentra inmersa en su primer trabajo como directora, 'Eleanor the Great'. ¿Cómo afronta esta nueva transición?
Estoy ya editándola. He trabajado con un elenco excelente, junto a Chiwetel Ejiofor y June Squibb, una actriz maravillosa capaz de moverse en un rango interpretativo muy amplio. Fue un honor que me propusieran este guion porque es una historia que tiene que ver con algo muy emocional mío, está muy en mi ADN. Está rodada en Nueva York, y tiene mucho que ver con las películas con las que crecí, esas historias neoyorquinas muy guiadas por sus personajes, como De ahora en adelante (R. LaGravenese, 1998) o Harold y Maude (H. Ashby, 1971). Está siendo un trabajo arduo.
Ha pasado 10 años interpretando a la Viuda Negra de Marvel. ¿Cómo afronta esta nueva etapa fuera de la franquicia: con más libertad de elección o, por el contrario, con la incertidumbre de no tener ya esa red de seguridad debajo?
Ahora tengo la suficiente distancia como para decir que recuerdo esa etapa con enorme cariño. Fue una experiencia maravillosa, adoro mi personaje de Natasha Romanov y tuve la oportunidad de hacerlo evolucionar a mi manera. Además, rodé y produje una película de ella sola dirigida por Cate Shortland, de la que me siento enormemente orgullosa. Ahora estoy haciendo otras cosas con ellos, así que tengo la oportunidad de seguir en contacto con mi familia Marvel.
Laura es crítica de cine y periodista cultural. La primera vez que fue al cine vio ‘E.T. el extraterrestre’, y eso no se olvida nunca. Ha escrito sobre teatro, música, arte, fotografía, arquitectura y gastronomía en ‘Elle’ y ‘Harper’s Bazaar’. En ‘Fotogramas’ se especializa en lo que podríamos llamar ‘cine de autor’, aunque toca todos los palos.
Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y se especializó en el conflicto en Irlanda del Norte en la Queen University of Belfast. Lo que le llevó a verse ‘Agenda Oculta’ (Ken Loach, 1990), ‘En el nombre del padre’ (Jim Sheridan, 1997), ‘Bloody Sunday’ (Paul Greengrass, 2002) y todas las películas que tuvieran que ver con el IRA.
Viajó a Cuba para estudiar en la EICTV (Escuela Internacional de Cine y Televisión) de San Antonio de los Baños, donde vio mucho cine latinoamericano y bebió demasiados mojitos. También rodó un documental en la isla lleno de personajes maravillosos. Uno de sus primeros trabajos fue en el canal de televisión ‘Cineclassics’, donde coescribió el documental ‘El cine durante la Guerra Civil Española’.
Adora ‘El imperio del sol’ (Steven Spielberg, 1987), ‘Drácula de Bram Stoker’ (Francis Ford Coppola, 1992), ‘Thelma & Louise’ (Ridley Scott, 1992) y ‘La edad de la inocencia’ (Martin Scorsese, 1993). Pero, en general, siente predilección por las películas pequeñas que cuentan historias en las que nadie se fijaría si se las cruzara por la calle. Le gusta ese cine que vive más allá de los márgenes del entretenimiento.
Ha coescrito el libro ‘Cine y Moda’ (Ed. Pigmalion Edypro) y a lo largo de su carrera ha entrevistado a intérpretes y cineastas como Helen Mirren, Al Pacino, Jessica Chastain, Isabelle Huppert, Juliette Binoche, Julianne Moore, Hirokazu Koreeda, Sam Mendes, Jonathan Glazer, Margot Robbie, Ryan Gosling, Jude Law o Hugh Jackman.