10 organizadores para la casa prácticos y bonitos por menos de 10 euros para multiplicar el espacio en una cocina pequeña

Estas baldas para dejar los rollos de papel de aluminio y film son perfectas para no tener los rodillos furulando por los cajones. Tienen un adhesivo que se quita y se pega, por lo que su instalación no puede ser más sencilla. Y lo mejor de todo: al estar montado en la pared, no ocupa espacio ninguno en la encimera o el cajón.

Di adiós a ver las especias desperdigadas por el final del armario. Estas cajas de almacenamiento son la salvación para organizar y clasificar los ingredientes que utilizas a diario para cocinar. Tienen la altura perfecta para que no se caigan los botes y hagan efecto dominó entre ellas. Aunque si quieres, puedes utilizarlos para almacenar cualquier tipo de alimento. Yo, por ejemplo, tengo una caja de estas en el frigorífico para ordenar bien la fruta.

Esto es un auténtico salvavidas. No había cosa que más rabia me dara a la hora de fregar que cuando desperdigaba agua por la encimera cuando dejaba los estropajos y la bayeta sobre la encimera. Desde que puse este organizador, en un santiamén por cierto con su aplicador de ventosa, no he vuelto a dejar el fregadero salpicado con las gotas del estropajo. Ahora está todo perfectamente juntito y limpito.

Estos colgadores de objetos son tan apañados que sirven para enganchar cualquier cosa. Yo tengo dos en la cocina y uno lo tengo lleno de las tazas que más uso a diario. Así no tengo que andar buscándolas en el fondo del armario por la mañana. El otro colgador que tengo, lo tengo ocupado con los trapos de cocina: el de la mesa, el de la encimera, el de los muebles…

Si los 6 ganchos de antes eran prácticos, imagínate estos 12. Tienen una doble fila para que no ocupen tanto espacio. Yo tengo uno de estos al lado del armario de los cubiertos. En él tengo colgados los utensilios de cocina que más utilizo: los peladores de patata, el cucharón de madera, el rayador… Es como una lámpara de araña en la cocina, pero mucho más moderna y útil.

Como te decía, las paredes son un gran aliado para desocupar el resto de los armarios de la cocina. Por eso compré estos sacos de algodón para almacenar las cebollas, las patatas y las naranjas. En vez de dejarlas en los sacos del mercado donde suelen venir, las almaceno de manera mucho más práctica aquí. Yo, que todas las mañanas me exprimo un zumo de naranja natural, me acerco hasta las cestas y cojo una naranja tranquilamente; en vez de tener que agacharme incómodamente hasta el saco donde las guardaba antes. Por no hablar de que quedan ideales con la decoración de la cocina.

Este invento ha terminado con mi problema de almacenaje de las bolsas de plástico. Antes no las guardaba en ningún lado y las tenía desperdigadas por todos los armarios. Ahora las guardo en esta bolsita tan mona que cuelgo detrás de la puerta y, cada vez que salgo a la compra, cojo una bolsa de aquí. Además, ahora que se acerca la Navidad, sirve para decorar la cocina y la considero un adorno más.

Este juego de soportes sigue la estrategia de ocupar menos espacio por el medio y aprovechar las paredes para organizar y decorar. Son sencillos de poner: no hace falta más que quitar el adhesivo del organizador y colocarlo a la altura perfecta. Yo los uso para poner o, mejor dicho, “lucir” los utensilios de cocina más bonitos que tengo: la tabla de cortar, el platos de la vajilla más bonito, la sartén sin estrenar… Así, organizo y coloco bajo la excusa de decorar la cocina.

Esta es la mejor almohadilla de secado que he tenido en mucho tiempo: bonita y eficaz. Dejo encima el escurridor con platos y vasos y su microfibra súper absorbente seca el agua en un periquete. No hay nada chorreando ni hay riesgo de que se escurra nada. Además, su diseño otoñal es ideal: nada excesivo y encaja a la perfección con la decoración de la cocina.